lunes, 28 de diciembre de 2009

viernes, 18 de diciembre de 2009

Dentro (microrelato romántico V)


Ella se retuerce como una corteza en aceite hirviendo. Su boca espira el hálito cálido de su cuerpo. Le abro las piernas con fuerza y sus labios se separan dejando su sexo abierto. Sonrosado. ¡Fucsia!
Mi polla apunta como una brújula hacía el Norte de su intimidad. La nota de nuestras miradas cruzadas queda sostenida en el aire hasta que ella me da el lujurioso y desesperado permiso: un microgesto en la retina de sus ojos. Alargo el deseo: Cuento hasta tres e introduzco mi p....
Un portazo interrumpe la secuencia. Levanto la vista (mis sentidos se agudizan siete octavas y el vello de mi cuerpo se crespa en la misma dirección).... ella dice con pavor: -!Mi marido!- La sangre se me escarcha, y mi polla pasa de ser un pilar a convertirse en pilila.
¡Maldigo los vivos! ¡Dios creador! ¿Por qué me metes en una situación tan patética?
-¡Escóndete!- me dice ella exaltada.¿ Pero...?- ¡Escóndete o te matará!-
La primera idea (la misma que se te hubiera ocurrido a ti) es esconderme en el armario pero no hay armarios en esta habitación, luego pienso en esconderme debajo de la cama pero, curiosamente, se trata de una cama canapé, pienso en salir por la ventana pero recuerdo enseguida que estoy en un sexto piso...
Los pasos de su marido ya están detrás de la puerta del dormitorio. Puedo ver la sombra de sus pies por debajo de la rendija. El pomo de la puerta empieza a girar...Ella se acerca a mí y me susurra nerviosa:- Aquí, escóndete aquí.- La entiendo en el momento que me señala su vagina. Al principio pienso que aquello es una estupidez... pero cuando veo la puerta entreabrirse, cuando me veo muerto a manos de un marido celoso, cuando veo que pierdo la vida en una situación tan poco original (y yo soy un tipo original de eso no cabe duda) me doy cuenta que no tengo otra alternativa. Ella abre su sexo con ambas manos y yo me introduzco dentro.

Al principio no quepo... pero con un pequeño esfuerzo enseguida paso a su interior.La oscuridad me envuelve y tranquiliza mi gesto aterrorizado. La verdad es que el sitio es muy agradable: paredes rosadas y un punto perfecto de húmeda calefacción.
El mundo exterior se ha convertido en un lejano rumor y la carne me arropa en un encaje perfecto. Un extraño sentimiento familiar que me remite a un mundo infantil me sosiega y me adormece. Escucho el latir hipnótico del cuerpo que me da cobijo, pum, pum, pum, su compás me traslada poco a poco a otra galaxia y desaparezco sin sentido ni consideración...

Despierto. Han pasado unas horas.El silencio es reconfortante. Decido sacar la cabeza al exterior. Sigo en la cama. Ella y su marido duermen. Salgo del todo, con un sonoro ¡BLUUP! que casi despierta a su dueña. Me incorporo. Estoy empapado de liquido amniótico. Les miro. La pareja duerme plácidamente; él sonríe, ella le coge la mano con ternura. Me siento algo culpable de haberme acostado con ella... de repente me flaquean las piernas. Me caigo encima de la moqueta. En un acto instintivo, balbuceo y empiezo a llorar con pequeños espasmos, desamparado, hambriento, solo...
Una mano me acaricia la mejilla y me reincorpora del suelo. Ella se ha despertado y ahora me coge en brazos y me aprieta contra sus pechos. Nunca un abrazo me había sentado tan bien. Luego me lleva al baño, me mete dentro de la ducha, comprueba la temperatura del agua con sus manos y me lava pacientemente... me enjabona el pelo con mucho cuidado para que no entre champú en mis ojos, me levanta los brazos para limpiar mis axilas y frota con despreocupación mi entrepierna, mientras tararea flojito una dulce canción infantil sobre un niño que se hace amigo de un dragón. Con agua tibia me aclara y con una toalla, suave como el lomo de un corderito, seca con abrazos mi cuerpo y mi pelo. Después me viste en silencio, me peina con la ralla al lado y me da un beso en la mejilla. Abre la puerta de la calle y se despide de mí, primero con un beso y después energicamente con la mano. ¡Adiós mi niño! ¡Adiós!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Bridget Jones

Aunque tengas flexibilidad articular
y una lengua de treinta centímetros...,
luego dices:
"No me mires el trasero cuando vaya al baño."
"No te rías de mí si te digo que tengo un conejo."
"No te vayas aún siempre nos queda otro bar."
Es tarde
y las parejas chonis se pelean en la parada del taxi
escupen y gritan al límite sus venas de pavo real;
a los dos nos entran ganas de llorar pero
tú lo dices
y yo me callo.

Sólo pides amor verdadero
¿Dónde habrás aprendido esas cosas?
Me coges la mano suavemente y confiesas
que no puede apretar ni un poco más;
besas a traición y me preguntas:
"¿He sido yo quién te ha besado?"

"Me da igual si un hombre no quiere estar a mi lado
lo único que quiero es que cuide de mi hijo."

Ahora que estamos los dos en el mismo taxi
me doy cuenta de que vamos en direcciones opuestas.
Puedes ir mucho más lenta, más tranquila
para construir un hogar lleno de niños que borren
el terror que hay en tu cara cada vez que te sientes vieja
y sola.
El aire gélido corta en lonchas mi gesto veloz
el suelo me golpea con la rabia de lo inamovible
y ruedo por el asfalto al ritmo de un tambor
tres palmadas en los huesos, alguna en la chaqueta
rayas de sangre
y
la certeza redundante
de que saltar de un taxi en marcha
ha sido la mejor solución
para los dos.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Diario de un zumbado

Hoy he puesto Coca-Cola Zero en mi motocicleta y me he bebido 3 litros de gasolina. En el taller me han dicho que lo mío no tenía solución.

martes, 8 de diciembre de 2009

La Revolución


En los rincones mas recónditos de la mundanal existencia humana existen pequeños momentos en los que la providencia envía enormes señales de sabiduría.

Al devolver un videojuego de alquiler, en una tienda de la multipoderosa franquicia GAME, el encargado me pide que le abone 6euros. Me quedo algo confuso pues en realidad le debo 4euros. (fíjense en lo trivial de la situación y en lo miserable de los números).
Le digo, con buenas palabras que me temo que se equivoca. El recalcitrante dependiente (cuerpo-recipiente dónde se esconde un mentor sabio entre sabios) me advierte que me tiene que cobrar el Domingo. Yo le advierto que el Domingo la tienda está cerrada y que no hay manera humana de devolver el juego (quizás la instalación de un buzón bla bla bla....). El encargado con santa paciencia me escucha para finalmente decirme con sequedad y precisión quirúrgica la siguiente frase:
"Puede que sea injusto, pero es correcto." Es decir, puede que sea injusto... pero estas son las normas de la casa y nadie te está cobrando de más. La aguja cae al suelo, el niño rompe a llorar, la espada sesga el talón de Aquiles y las partículas chocan en plena aceleración cuando el genoma humano rima en consonante. Puede que la insipida anécdota del videojuego oculte por completo la grandeza de este momento en el que se me revela (a mí, pobre mortal) la flor de lis del funcionamiento de nuestro mundo.
Reflexionemos. Cuando Dios, Cristo y el Espíritu Santo sean llamados a sentarse en el banquillo de los acusados por sus crímenes cometidos contra la humanidad el abogado defensor les exculpará con la misma frase:- "Puede que sea injusto pero es correcto."- Enorme y sacrosanta definición del mundo. Explicación racional, clara y perfecta de todo lo que nos envuelve. El mundo, en realidad, se soporta enteramente bajo este axioma incontestable. La naturaleza es injusta pero correcta. El tiburón se come a la simpática sardinilla, el león se come a la grácil gacela, la mosca muere aplastada por la enorme oreja de un gigantesco elefante, los pollitos son devorados por el lobo.... etc...etc...
Pero, ¿qué pasa con los humanos?
El mundo humano también está sentenciado por la misma sentencia: "Injusto pero correcto". Los pobres se comen a los ricos, los justos pagan por pecadores y el crimen se organiza para vencer... Poderosos que subyugan a los menos-poderosos, menos-poderosos que subyugan a los miserables, miserables que subyugan a los raquíticos y raquíticos que se mueren de hambre.-¡Sonría!- dice el dependiente mientras me fijo en las comisuras de sus labios con restos de antidepresivos en forma de saliva blanca. "¡Es injusto, pero es correcto!".
¿Cuantos crímenes atroces ha perpetrado la humanidad bajo el blasón de este lema? ¿Cuantas personas han visto perder sus cosechas, sus familias, su propia vida bajo la lógica aplastante de esta oración singular. Policías, verdugos, jueces, bandidos, señores feudales, poderosos, empresarios, jefes, encargados, ministros y diputados se han lavado la boca con esta máxima que encabeza el monstruo de la libertad democrática de nuestro mundo moderno. Gracias a ella el hombre ha construido fronteras, edificado estratos, pirámides y niveles, en los que algunos tienen y otros no , en los que algunos mandan, viven, ganan, comen y rebañan el plato y otros.... otros NO. Ya se sabe; injusticia correcta enquistada.

Le digo al dependiente que se vaya a la mierda y que le folle un pez. Me dice que no hay para tanto. No tengo ninguna posibilidad. Las normas están escritas y son clarísimas. Le pago los dos euros de más y me marcho regañando los dientes.
Salgo a la calle. Fustrado. Engañado. Cabreado. Consternado. Pienso en la revolución. En la lejana revolución. En la incapacidad de luchar por algo. Y me doy cuenta que en el fondo hemos dejado de luchar porque no hay nada contra lo que luchar. Y no hay nada contra lo que luchar porque todo está correcto. Esa es la trampa. Correctísimo. Perfecto. Sin problemas.
Pero, mierda, la luz del sol ciega mi escuálido intelecto y mis entrañas caen al suelo como un ovillo... no puede ser: Africanos que mueren ahogados en las costas de nuestro país, víctimas colaterales del terrorismo armado, estudios, hospitales, comida, medicinas inalcanzables para muchos que no tienen la suerte; empresarios explotadores, chulos, mafias, criados (¡si! criados), machistas, hombres con más dinero que un país entero, sueldos raquíticos en empresas gigantescas, niños explotados, obligados, esclavizados, presupuestos desviados, enchufes, comisiones, favoritismos, malversaciones, fraudes politizados, el poder para el que muerde y Todo injusto pero correcto.
Me levanto, doy media vuelta y entro en la tienda, cojo al dependiente por la solapa y le digo muy cerca de su cara: "¡Capullo! Si es injusto no es correcto" "Si es injusto no es correcto!!!!!!!!","¡¡¡SI ES INJUSTO NO ES CORRECTO!!!"