domingo, 22 de noviembre de 2009

"fácil"

Giro los ojos hasta poder ver mi propio cerebro.
En un restaurante los cerdos comen piernas humanas.
Si le das la vuelta a una cucaracha verás el señor que hay dentro.
La visita del papa al proctólogo no fue del agrado de Jesús.
En el entierro del ventrílocuo los muñecos lloran desconsolados.
Una rata persigue un circo de pulgas dentro de mi ropa.
Los objetos me toman el pelo cuando no les miro.
Se burlan de mí.
Sin querer engullo mi lengua. ¡Glup! Y ya no la puedo recuperar de mi estomago.
Soy un pixel de una imagen de Dios.
Y mientras Laura Bush y George Bush hacen cucharilla.
Sólo consigo recordar la cara de quien NO besé.
Quizás no debería aprovechar tantas veces los mismos calcetines.
Ni usar un sacabocados para que me hagas caso.
y...
relajarme,
bajar los ojos, mirar al frente, y ver que en realidad todo es más
fácil.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Serial Killer


Aún recuerdo el momento. Metí a las pobres criaturas en una bolsa y la cerré con un nudo doble. Dentro se oían sus gritos desgarrados. Bajé a la calle escondido en la alevosía y la nocturnidad. Tiré la bolsa en un container de la esquina. Cerré la tapa y me fui corriendo sin mirar atrás. Cuando subía las escaleras de casa me sentía como un fratricida, un desconsiderado sin sentimientos. Habíamos pasado tiempos muy buenos y ahora las abandonaba , a su suerte,en un cubo de basura.
Volví atrás corriendo para recuperarlas... pero un gigantesco camión deglutía en sus tripas a las pobres víctimas que lloraban y gritaban aterrorizadas mientras eran despedazadas, aplastadas y trinchadas a sangre fría.
Al volver a mi hogar, miré mi estantería vacía. Me sentía solo y desamparado. Había acabado con todos mis VHS.
No era la primera vez que cometía un holocausto de tamañas proporciones. Mis diskettes (llenos de juegos) de 3,5 pulgadas, mis cassettes (llenas de música) y mi inseparable PC portátil con dos megas de ram y Windows 85 habían corrido la misma suerte.

No he vuelto a pensar en ello hasta hoy. Comprando DVDs en el Fnac descubro que la estantería de películas en (flamante) Blu-Ray ha crecido tres veces en tamaño respecto a la semana anterior. Me horrorizo y compro (para sentirme mejor) algunos Dvds con caja metálica y edición especial, aunque, en el fondo de mi ser sé que volveré a matar. Tarde o temprano el "Blu-rai, hache dé", el desarrollo industrial y mis ansias consumistas me obligarán a hacerlo.