miércoles, 29 de diciembre de 2010

La colección de fotografías de niños desnudos sólo puede ser vista por la policía.

Confundimos la literatura romántica con los libros de autoayuda.
La televisión con el oráculo.
Las drogas con la salida.

Si me desnudo en un museo nadie entenderá mi obra de arte.

Una doble penetración ya no me la pone dura dos veces.

Dejé de pertenecer a este mundo el día que dejé de ver el telediario.

Si no estoy satisfecho, me devolverán el dinero pero jamás la satisfacción.

Nunca he leído Robinson Crusoe pero sé de que va,

un tipo solo en una isla.

sábado, 11 de diciembre de 2010

sobredosis

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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un nombre normal

Muerte Segura Campos tuvo que aguantar la burla y la incomprensión desde el día en que nació. Su padre estaba completamente borracho cuando acudió al registro. Le preguntaron cómo quería que se llamara su hijo y él no dudó en responder "mi hijo se llamará Muerte"
Su madre, totalmente compulgida, se desgañitó delante de impasible administración pero en aquella época los nombres eran algo sagrado y no se podían cambiar.

Los años escolares fueron especialmente difíciles. Muerte, intentaba esconder su nombre, pero tarde o temprano las listas escolares le delataban. Carlos, Luis, María, Antonio y entre miles de carcajadas, burlas y aullidos, el nombre de Muerte. Había dos tipos de compañeros de clase: Los que le hacían el vacío, asustados por la negrura de su nombre y los que se mofaban de él sin compasión. Nadie se sentaba a su lado y cualquier día era un buen día para que Muerte se encontrará en el interior de su mochila a un pájaro degollado, la calavera del esqueleto laboratorio de química o cualquier otra salvajada, mientras oía, a lo lejos, las risas de los que nunca serían sus amigos.

En la universidad las cosas fueron distintas. Muerte pudo esconder su nombre durante los primeros meses. Hizo algunos amigos y en una fiesta, conoció a Ana. Le mintió, como a los demás, le dijo que se llamaba Juan. Ana se quedó prendada de la mirada inocente y llena de bondad de Muerte que a su vez se quedó atrapado por los ojos azules y la sonrisa abierta de aquella chica.
Se enamoraron el uno del otro y el otro del uno. Y con el primer beso se dieron cuenta que habían encontrado el amor para el resto de sus vidas.

Todo se vino abajo, cuando el nombre de Muerte Segura Campos apareció en las listas del primer examen del curso. La gente, dejó de tratarle con normalidad, y como siempre, empezaron a tenerle miedo y a reírse de él. Muerte, no se atrevía a contestar las llamadas desesperadas de Ana, se sentía avergonzado y culpable por haberla mentido y, por si fuera poco, hasta él había empezado a pensar que su compañía podía ser mortalmente peligrosa.
Ana le esperó en la puerta de su casa y cuando Muerte salió, le pidió explicaciones. Muerte le dijo entre lloros que escapará. Que se fuera corriendo. Pero Ana que estaba enamorada de aquel chico con problemas, retraído y de dulce carácter, le dijo lo más bonito que Muerte jamás había escuchado:"¡Tú eres mi vida!"
Se casaron en una boda muy íntima. Cambiaron el discurso y en lugar de decir "hasta que la muerte os separé" dijeron "hasta que el peor de los infortunios os separe". Eran una pareja feliz y Ana demostraba día a día que vivir con Muerte no representaba ningún peligro.

Justo cuando Ana se quedó embarazada, apareció por fin una nueva ley que permitía cambiar en el registro los nombres dañinos u ofensivos para su poseedor.
Muerte se vistió con su mejor traje, se despidió de su mujer y se dirigió en busca de su nuevo nombre. Mientras viajaba en metro hacia el departamento de inscripciones, se debatía entre sus nombres preferidos con los que había soñado toda la vida. Juan, Héctor,Andrés, Carlos, Luis, Ander....

La sala de espera del registro estaba llena hasta los topes de gente como él , poseedores desde su nacimiento de un apelativo maldito. Una funcionaria fue llamando de uno en uno a los presentes:
Allí estaba Dolores de Vientre, Zoila Vaca Del Corral, Benito Camelas, Septimia Septimo, Eva Fina Segura, Eufemiano Matraca Roca, Abundio Verdugo de Dios, Clara Boya Mar, Eufemisio Cutre Glande, Blanca Cabello Rubio, Jon Kenedy Gutierrez...
Aquellas personas desaparecían por la puerta con la cabeza gacha y, al rato, volvían a salir con la cara iluminada, llenos de paz y alegría. Habían dejado su ridícula personalidad y ahora podían enfrentarse al mundo con un nombre adecuado. Ahora formaban parte de la sociedad y se sentían ciudadanos normales. ¿Normales? La cabeza de Muerte le daba vueltas. ¿Iba a cambiar su nombre singular por un nombre vulgar, común y repetido? ¿Cuántos Juan había en el mundo? ¿Cuántos Luis? ¿Cuántos Ander? ¿Iba a convertirse en uno más?
"¿El señor Muerte Segura Campos?". Anunció la secretaria. Muerte se levantó y entró en el despacho. Una funcionaria le pidió el formulario y le preguntó qué nombre quería tener. Y él contestó con voz grave:Lo siento, me he equivocado. Yo me llamo Muerte. La secretaria estuvo a punto de poner un impedimento pero Muerte la fulminó con su mirada. Asustada se calló en seco, Muerte, se levantó y se marcho del edificio.

En la calle, por primera vez en su vida, se sintió orgulloso de su nombre: ¡Muerte! ¿Podía existir algo más poderoso? Estaba por encima de los demás y se rió de su nombres ridículos: Hector, José, Juan, Luís... todos parecidos, la mayoría repetidos.
De repente se paró en medio de la calle, levantó la mano y chasqueó los dedos. En ese instante todos los que se habían reído de él, los que le habían temido o señalado, murieron súbitamente. Por fin el mundo era reconfortante... Se acordó de su padre y entre dientes le perdonó. ¡Pobre diablo!
Llegó a su casa y abrazó, con todas sus fuerzas, a su mujer embarazada. Ella, que siempre había querido a su marido tal y como era, le pareció perfecto que no se cambiara el nombre e incluso celebró la idea de llamar a su hija Pandemia.



jueves, 25 de noviembre de 2010

Muerte en Barcelona

A todo el mundo le pasa desapercibida pero en uno de los asientos traseros del autobús de línea, sentada, con su pequeño bolso encima de las rodillas, está Dolores, mirando las cosas por la ventanilla pasar. La noche vence al día y el paisaje se llena de puntitos de luz. Cada luz es un hogar, con una familia, con unas personas que sufren o ríen o lloran... Pero vistas desde lejos, sólo son unas bonitas lucecitas ajenas a la vida que contienen. Dolores piensa que es así como Dios debe contemplar su creación y que por eso, a veces, no es consciente de todo el sufrimiento que hay en el mundo. ¡Desde lejos se ve todo tan distinto!
Dolores tiene el corazón en un puño, lo tiene desde que empezó a planearlo todo con Jacinta. El viaje, la pensión, el dinero… Pero Jacinta no ha venido. En el último momento, la muy boba, se acobardó: “Ya no somos unas niñas” le dijó enrocada. ¡Pues menudo descubrimiento!

Los árboles, la carretera, las casas se convierten poco a poco en un paisaje urbano, gris, lleno de semáforos, señales y edificios. El autobús ha llegado a Barcelona; Dolores espera a que todo el mundo baje y le pide, al conductor, que le ayude a descender por los gigantescos peldaños del autobús; el conductor extrañado le pregunta: ¿Nadie le acompaña? ¿Nadie le espera?

La gente es buena, piensa Dolores. Siempre lo ha pensado, aunque algunas veces haya estado a punto de dudarlo. Desde la ventanilla del taxi, la ciudad se le antoja enorme, gigantesca, construida en vertical como las catedrales. Es un pensamiento de vieja y pueblerina, pero las cosas han cambiado una barbaridad... El taxista la acompaña hasta la puerta de la humilde pensión, cuya dirección, Dolores tiene apuntada en un pequeño papel. La estancia es pequeña pero limpia, aunque huele a rancio como si se tratara de un armario cerrado. Dolores se sienta en el borde de la cama y acaricia la colcha. La ropa planchada siempre le ha gustado, le transmite tranquilidad, sosiego… La última vez que vino a Barcelona fue con Marcelino su marido que en paz descanse. Marcelino. El bello Marcelo. Treinta años de matrimonio y ahora, es sólo una foto en un recordatorio. Una cara congelada como un actor de cine, sonriente y muerto. Si él estuviera aquí las cosas serían distintas; distintas pero no mejores.

El sonido de una ambulancia despierta sus pensamientos: Está rota y tiene que comer algo. Saca de su pequeño bolso un yogurt y un “sandwich” de jamón York, envuelto en papel de plata. En el supermercado le han dicho que ese tipo de yogurt no necesita nevera. Es innegable. Las cosas han cambiado. ¡La verdad es que está rico! Tira el vaso de plástico y el papel de plata en la papelera del baño y limpia las migas de encima de la cama. Los riñones la están matando. Se quita el vestido y se aplica unas friegas de Trombocid; no sirve para nada pero su olor a farmacia antigua le hace compañía. Dolores trae consigo un pequeño despertador , no fuera a dormirse en un día tan importante. Se mete en la cama casi vestida, (se ha acostumbrado a esquivar así su desnudez) y busca una postura en la que el cuerpo no se queje del todo y cierra los ojos...

Marcelo
no había sido su único y primer amor. Se enamoró de verdad, por primera vez, en la escuela, cuando abrió su nuevo libro de religión. Allí vio una ilustración que nunca podría olvidar. La de un hombre distinto que no pertenecía a su época pero que le resultaba familiar y accesible. Bello, alto, lleno de gracia y bondad, Jesús le pareció tan atractivo que se quedó prendada para siempre. Por la noches, avergonzada, repasaba las ilustraciones de aquel libro con el corazón hinchado de amor, jurándose, convencida que a partir de ese momento sólo viviría para él y por él.

...Dolores, coge su rosario del bolso y lo acaricia. Hoy lo necesita más que nunca. Sus cuentas, echas a mano, con flores de rosas, nunca pierden su olor. Empieza a rezar, y en el primer misterio, en la quinta avemaría se queda dormida…

Dolores se despierta temprano, un poco antes de que su despertador suene. Ha soñado con la casa de los abuelos, con su madre y con sus primos. Ha sido como pasear por un álbum de fotos convertido en un pesebre viviente. Un regalo de nuestro señor, una señal de que está haciendo lo correcto. Sin mirarse, se viste, se peina, se perfuma con Lavanda y sale a la calle.
Hay gente por todos lados. La mayoría, arreglados, con sus hijos, sus familias. Algunos llevan banderas de España, del espicopado, de Catalunya. Dolores, tiene ganas de llorar pero se las traga y sigue caminando ,despacito, hasta dónde la multitud se agolpa. Un centenar de policías le vigilan detrás de las vallas. Le parece exagerado. ¿Quién querría hacerle daño a alguien tan bueno? ¿A alguien que representa la bondad y la fe?
La calle está lista para que pase la comitiva con el papa móvil y ella: Dolores Camposanto, está lista para encontrarse con el papa Benedicto XIV. ¡Qué tonta ha sido Jacinta! ¡Se lo va a perder! Las cosas de repente, dejan de tener peso, las piernas, los riñones dejan de doler, la vejez ha desaparecido, y se siente joven y bella. El rumor de la gente anticipa la llegada del pontífice. Pasan aullando una docena de coches de policía y entre las sirenas , Dolores, recuerda como conoció a su marido y como se enamoró de él a primera vista; de su sonrisa, de sus galanterías... del helado de “tutti fruti” que comieron mientras él insistía en volverla a ver a menos que el suelo no aguantará sus pasos. Recuerda su primer beso, que le supo a caramelo de café. Recuerda sus sueños de novicia luchando contra su nuevo amor. Ilusa, joven e ingenua cayendo en lo que aún considera pecado. Y la boda y los remordimientos y como aquel hombre se convirtió en seco y distante. Pero también recuerda a su hija, a su preciosa hija... La primera vez que la vio parecía un angelito de aquellos de los cuadros de la iglesia. A lo lejos un coche blanco con una vitrina se acerca a toda velocidad. Ahora, su hija vive en el extranjero y la llama de vez en cuando. Ahora, su marido está muerto y enterrado. Dolores se coge con tanta fuerza como puede a su escapulario de rosas y el coche blindado, con el Papa Benedicto XIV en su interior, pasa frente suyo, como un soplo de viento, a toda velocidad. Y se esfuma de izquierda a derecha dentro de su cúpula móvil. A duras penas puede reconocer su cara y su gesto y se apodera de ella una profunda y callada decepción. ¡Ni tan siquiera le ha podido buscar la mirada…! La gente aplaude y vocifera pero Dolores da media vuelta y se aleja del camino. En su imaginación el papa le da la mano y ella le ofrece su escapulario de rosas y él le perdona sus pecados. Pero aquello no es real…¿Por qué todo ha sido tan rápido y veloz?

Los riñones vuelven a torturarla y se siente mareada, perdida, entre las miles de personas que ahora le parecen aterradoras, amenazantes. Deshace el camino de vuelta al hotel y llega mecánicamente hasta su habitación. Le han hecho la cama. Agotada, se sienta en el borde y aprieta con fuerza la ropa planchada. El dolor es insoportable. La soledad la envuelve por completo; se acuesta en la cama y llora. Llora como hacía siglos que no lloraba. Llora por la indiferencia del Papa, por los viejos tiempos, por su niñez, por los que ya no están pero sobretodo, por fin, llora por ella...

El aire fresco que entra por la ventana le devuelve la razón. Se seca las lágrimas con un pañuelo de seda. Se ha sacado un peso enorme de encima. La espalda la apuñala por detrás pero ya no le duele como antes. El dolor ha quedado en un segundo plano. De pronto piensa que por fin le ha ganado. Ha vencido a su propio nombre. Luego siente un profundo desprecio por todas las cosas de este mundo, menos por su amor verdadero, del que se enamoró cuando era una niña leyendo un libro en clase de catequesis. Ella le abandonó, le dio la espalda, pero ahora él está a su lado, sentado en el borde de la cama,le mira con bondad, le acaricia el pelo, la acompaña con dulces susurros que sólo ella comprende.... Las cosas de lejos son distintas, pero él la mira ahora de tan cerca… Y entonces, Dolores, toma una profunda decisión: Ya no saldrá nunca más de aquella habitación, se quedará allí, echada en la cama, como una niña, en la compañía de Jesús, para siempre.

lunes, 8 de noviembre de 2010

1001


Curiosamente, mientras escribo esto, Joy Division suenan en mi habitación.

A mi lado, alguien se ha dejado un libro de proporciones no humanas. Un tocho llamado "Los 1001 discos que tienes que escuchar antes de morir". El libro está escrito por dos valientes pedantes: un tipo llamado Robert Dimery con la colaboración de un tal Michael Lydon. Por supuesto, según la portada, críticos de profesión, sibaritas y auténticos expertos musicales. El empuje del título me parece un acierto. A parte de atreverse a tutear a todo el mundo, son capaces de apostar con la muerte que su criterio es infalible. Es una pena que ambos autores sean unos farsantes. Ni Robert ni Michael han escuchado todos los discos sobre los que hablan y aconsejan sin piedad. Porque, evidentemente, si Robert y Michael hubieran escuchado todos los discos que hay que escuchar antes de morir, los 1001, con todas sus canciones, ahora ellos estarían muertos y enterrados. Lógico. Un vistazo rápido a la Wikipedia les desenmascara para siempre.

Lo sé. Hay más libros: "Los 1001 cuadros que tienes que ver antes de morir". "Las 1001 películas que tienes que ver antes de morir". Y mi preferido : "Los 1001 viajes que tienes que hacer antes de morir". Libros mortuorios, embrujados y fúnebres.
Imaginemos que quiero hacerles caso a todos para así poder morir tranquilo. Tengo que organizarme. Tengo que viajar, diariamente, por una ruta estudiada a la perfección, que tenga en cuenta los museos dónde hay que ver los cuadros que una persona viva no puede permitirse no ver. Por la noche, en los hoteles, o mientras viajo, leo los libros recomendados y miro las películas en un portátil y por si fuera poco, no me separo nunca de mi i-pod con toda la música indispensable. En 2-3 años calculo que habré leído, escuchado y visto todo lo que hay que ver, escuchar y leer según los "gurús del 1001" y por lo tanto, podré morir tranquilo pleno de cultura y lleno de gozo por haber aprovechado mi vida con todo su esplendor y grandeza. Así de fácil.

Sinceramente, yo creo que habría que destilar un poco más las listas de cosas que hay que hacer antes de morir. 1001 son muchísimas. Habría que esforzarse a escribir obras mucho más arriesgadas, como ¨Los 101 discos que hay que escuchar antes de morir" o, porque no atreverse con "Los 25 discos que hay que escuchar antes de morir". Y finalmente, por supuesto, alguien tendría que atreverse a escribir el libro más perturbardor que jamás se ha escrito sobre la música. Se llamaría: “El único disco que tienes que escuchar antes de morir”. Curiosamente Joy Division siguen sonando en mi habitación...



viernes, 29 de octubre de 2010

Xtreme Love-Hard Cuore-XXX Rated


Obsesión. El médico ha sido clarísimo con su diagnóstico: obsesión obsesiva grave. Un par de gotas diarias de Rivotril 20mg (anti-epiléptico), mucho reposo y algunos ejercicios de relajación me ayudarán a superarlo.

Llegó a casa pero no sé que hacer. La pornografía: prohibida, las drogas:prohibidas, el alcohol: prohibido. Me quedan pocas cosas, leer un libro, ver una película, lavar los platos, comer una manzana… Me siento engañado por la vida y me hundo hasta el fondo de mi sofá, a la altura de las bolitas de pelusa y las monedas perdidas. Cierro los ojos temiendo que en cualquier momento empiece otra crisis.

Al cabo de unos pocos minutos soy atacado por mi obsesión: la imagen abierta, voluptuosa y encarnada de tu vagina.
Corro a la cocina y ingiero 7 o 8 gotas directamente del bote de Rivotril . "Nunca ingiera directamente de la botella" rezan las instrucciones. Su sabor dulce me tranquiliza. Apoyo la cabeza en el mármol e intentó relajarme. Oigo a mi psiquiatra sermonearme. "Tiene que cambiar sus imágenes por otras más tranquilizantes": Uno, dos, tres… Prados verdes, montañas nevadas, paisajes abiertos , tu monte de Venus, rasurado triangular que corona la vulva abierta, desafiante y prometedora de tu vagin.... Me golpeo en la cabeza, grito y huyo por toda la casa pero mi locura me lleva ventaja. Desmonto el dosificador del Rivotril y consumo a chorro, de un trago, la mitad del frasco. Tengo que acabar con esta locura sexual.... Poner orden en mi cabeza… alejar los pensamientos….Pongo música clásica y me tiro sobre la alfombra. Uno, dos tres…prados verdes, césped recién cortado, flores, nubes y cielos azules... La sobredosis de medicina empieza a calmarme, las piernas me flojean y mi columna vertebral se convierte en gelatina temblorosa. Estoy tan desesperado que me pongo a rezar. Cuando era un niño mi abuela conseguía dormirme haciéndome rezar. Ave María, llenas sois de gracias, bendito sea tu fruto, bendito tu vientre,bendito tu... sexo María. Me muerdo la lengua hasta que sangra. Tus pequeñas manos abren con delicadeza tu rendija y me invitas a entrar y a poseer la calentura de tu sexo. Puedo ver, con todo detalle, el brillo húmedo de tu piel, la tensión sexual, concentrada en tu clítoris, palpitando al ritmo acelerado de tu corazón. La imagen mental se hace cada vez más y más nítida, es casi real. Saco mi lengua y empiezo a lamer el dulce y a la vez salado interior. Revoloteo por todos los recovecos, pliegues, y secretos, mientras muerdo, chupo y te lamo. Mis labios contra tus labios, tu sexo en mi boca… Inyectados en sangre, abro los ojos y maldigo mi suerte. Estoy en el suelo con la lengua fuera, los pantalones bajados y me masturbo con tanta fuerza que sólo obtengo dolor.

Entre zancadillas y flashes mentales, llego a gatas hasta la ducha. Mojado, vestido, mi cabeza sigue enseñándome imágenes de tu coñito, veo una versión sin depilar y otra despejada como la mejilla de una adolescente. El agua helada duele en mi cabeza. "Insisto. Tiene que cambiar sus imágenes por otras más tranquilizantes" . ¡No puedo doctor! ¡No puedo!!. ¡¡NO PUEDO!! Uno, dos, tres… Prados verdes, galaxias lejanas, un atardecer en la estepa, burbujas de jabón, un payaso con una flor, bollitos recién horneados, un café humeante, ropa tendida en un día de verano, un velero en el mar azul... y tu coño. Me rindo. ¡Sí a la mierda! ¡Bendita obsesión! ¡Qué más da! ¡Pienso en tu sexo! Sí, lo digo claro y alto. ¡SÍ! ¡EN TU COÑO!. Tu coño hermoso y sagrado que ahora, desde que te fuiste, solo puedo tener dentro de mi cabeza.

Ilustración: Peter Ink

viernes, 22 de octubre de 2010

M.

En el país de la bombonas de butano, la chispa es la reina.
Un bombón es sólo el ritmo que marca el corazón.
los Reyes Magos les dijeron a sus hijos que los Reyes no existen
y en el centro de la tierra sólo hay una bola de chicle de fresa.
Los viernes, los pingüinos quieren llevar ropa de esport
mientras las morsas piden un sindicato de bigotes.

En cambio yo llego tarde a mi propio entierro porque,
algunas cosas no las comprendo hasta que me muero.

Y sigo con mis siete vidas, prescindiendo del gato.
y requetepierdo el tiempo arreglando mi reloj
Y si alguna vez te extraño, las siguiente te normalizo,
son las cosas del destino que no llega a ningún sitio.
Por eso lo tengo claro, o en eso creo.
Y he dejado de mirar debajo la tapa de un yogur
y ahora me da por cantar con la boca llena de chinchetas
la típica canción de amor, en la que salimos tu y yo,
y un do menor sostenido y tristón...

Saber

Creo que por fin soy lo suficiente experto en el tema para decir que ya no sé nada de nada sobre él.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Equilibrio

- Hola buenas tardes. ¿Es usted el títular?
- Eh.. sí, claro. ¿Quién va ser si no?
- Perfecto. Le llamamos del centro de Justicia Cósmica Universal. JCU enterprises.
- Ah...
- Nos ponemos en contacto con usted para una notificación de aviso.
- ¿Cómo?
- Según nuestros archivos. Usted lleva unos 723 días, 21 horas y 13 minutos siendo bastante feliz.
- ¿Ah... sí?
- El sistema no suele equivocarse. Según su historial en los últimos dos años usted ha encontrado lo que buscaba unas 121 veces, se ha sentido comprendido unas 345, y ha llegado a superar el límite permitido de tontería y felicidad unas 334 veces.
- Bueno, eso puede ser... conocí a una persona muy especial hace un tiempo y nos hemos llevado muy bien desde entonces...
- ¡Aha! Eso explicaría las 2345 risas espontáneas, los 234 momentos inolvidables, los 356 suspiros, 567 momentos de hiperoxigenación, 132 canciones tarareadas por la calle...
- Sí... puede que sí.
- Pues está usted viviendo claramente en desequilibrio universal.
- Perdón.
- Sin duda, se trata de un fallo en el sistema. Está usted viviendo demasiadas cosas buenas, en comparación con las malas.
- Pero a mí me gusta.
- Ya, claro, cómo no le va a gustar... pero el sistema tiene que autoequilibrarse. Ya sabe, el ying el yang, la cara y la cruz, la cal y la arena.
- ¿Y qué me va a pasar?
- Por eso le llamo. Para avisarle que JCU enterprises, pone en marcha, a partir de ahora, el sistema de autorregulación universal.
- ¿Y...?
- Nada, poco a poco su vida se va a ir convirtiendo en un infierno. Va usted a contrarrestar todo el exceso de positividad.
- No por favor.
- Sí. Prepárese...
- Pero, todo esto es muy judío cristiano...
- ¿En que mundo se cree que vive usted?
- ....
- Debería agradecernos el servicio, antes no avisávamos.
- Ostras.
- Bueno, que tenga unas buenas tardes, pero no muy buenas que si no luego recibirá.
- Pues en ese caso que tenga usted las mejores tardes del mundo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Colores


En general, me gustan las mujeres bonitas, en concreto, me gustan todas. Pero si entramos en detalle, entonces, me gustas tú.



Ilustración: Alejandra. Laslagrimaspicantes.blogspot.com

Otro muerto

Pito, pito, colorito, dónde vas tú tan bonito.
A la cera verdadera. Pim, pam, fuera.
Tú- te- vas- y- tú- te- que-das.

jueves, 30 de septiembre de 2010

!!!!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Este es el texto más exaltado que he escrito nunca!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

miércoles, 29 de septiembre de 2010

SEXO

Después de mucho esfuerzo, conseguí chuparme la polla a mí mismo.
Al principio, fue una experiencia muy gratificante pero enseguida, noté una tremenda sensación de vacío cuando me di cuenta de que NO lo hacía por amor, sólo lo hacía por sexo.

domingo, 19 de septiembre de 2010

ITV 2984 (segunda parte)

Resumen del capítulo anterior: ¿Podrá nuestro protagonista pasar la Inspección Técnica Vital sin tener la cartilla dental?

Doce horas más tarde, llego a la ventanilla 77777-B. Casi nadie es capaz de llegar hasta aquí , es por eso que, apenas, hay cuarenta personas en la cola. Me siento al lado de un chico que llora desconsolado, según parece, lleva 14 años intentando conseguir un permiso de libre orientación sexual. Siento lastima, pero no puedo hacer nada. El tiempo pasa… miro los carteles que decoran la sala. Uno de ellos promociona las piruletas de bromuro que reparte el estado con el slogan: Chupa y calla. Otro cartel reza: En esta ciudad cabe de todo pero todo está prohibido. De repente, es mi turno.
Me atiende una preciosa funcionaria. Lleva un injerto facial Megana Fox de última generación. Su cara y su cuerpo están reestructurados pero sus manos son aún las de una mujer de 70 -80 años. Supongo que nadie se fija en estas cosas. Me pide toda la documentación: Factura de las tasas, cartilla ADN, Cartilla de residuos, …
Le entrego todo con una sonrisa hasta que llega el momento temido: Me mira con sus ojazos azules y me dice:
-Cartilla sanitaria bucal.
Me quedo en silencio. Le miro profundamente a los ojos, e intento encontrar la mujer desesperada que hay detrás de la máscara. Intento reconocer su sufrimiento, su dolor y compenetrarme con ella.
-No tengo ese permiso.
-Pues si no tiene ese permiso no le puedo cursar el documento.
-Es que… mañana me hacen un injerto facial completo en la clínica George Clooney VI y me cambiarán toda la dentadura. Digamos que hoy es el último día de mis dientes.
-¿Ah sí?…Yo también llevo un injerto facial…
-Anda, no me había dado cuenta.
La chica me sonríe, se siente acompañada, luego mira a los lados y me dice:
-Haré la vista gorda.
-¡Gracias, gracias!
-Vale, sigamos. ¿Ha traído sus fotos 3d, su historiograma, y su libreta fiscal?
Le digo que sí y suspiro profundamente. Soy un genio.
-¿Resguardo de su limitador químico emocional?
-Sí, claro, por supuesto, sí señora. Soy el mejor. Soy infalible. Un héroe del mundo moderno burocrático.
-¿Resguardo de su limitador cardíaco?
-¿Limitador cardíaco?
-¿No lleva un limitador cardíaco?.
-Le contesto con un "no" más bien pequeñito.
- Lo siento pero eso si que no puedo pasarlo por alto. Desde el día 14 de este mes es obligatorio que todo ciudadano lleve un limitador de ritmo cardíaco. Lo hacemos por su bien.
-Pero...
-No insista.
-Le doy un resguardo por si le para la policía. Tiene 15 días para hacérselo y volver. No tiene que hacer cola. Presente el formulario en la ventanilla 54’035. Si no será obligado a volver a pasar la revisión médica general.
Estoy a punto de enfadarme pero mi limitador emocional dispara una pequeña descarga de diazepam en mi hígado y me siento mucho mejor.
Salgo del edificio. La policía retira el cadáver de un desgraciado que ha sido pillado fumando tabaco negro en los lavabos. Entre el tumulto, logró salir del edificio. Respiro profundamente. No lo he hecho del todo mal, aunque el fantasma de la colonoscopia triaxial....

Cuando llego a casa estoy agotado. Me tomo un yogurt de antibióticos. Me meto en la cama y apago la luz. Mi emisor-receptor-ordenador-radioemisor-televisor-reproductor-despertador-agenda me recuerda que mañana tengo que pasar la inspección genital periódica. ¡Maldita sea! Vaya mierda de mund…Mi bomba interna de diazepam vuelve a disparar una dosis en mi hígado. Una sensación de bondad azucarada me relaja…Me doy la vuelta y me duermo felizmente mientras pienso que en realidad todo esto lo hacen por mi bien.

sábado, 11 de septiembre de 2010

ITV 2984 (primera parte)

Mi emisor-receptor-ordenador-turbomix-móvil-televisor-mp12-despertador me despierta y me recuerda que hoy es el último día para renovar mi permiso b-45/980KL de ciudadanía vital. En caso de no hacerlo seré multado, biodenunciado , puesto en observación médico civil y obligado a pasar una exhausta revisión médica que incluye entre otras delicias, una colonoscopia triaxial y un lavado de estómago a 8.000 revoluciones. Tengo que ponerme en marcha.
De repente, mientras lavo mis dientes con mi i-dent… recuerdo el error. Hace siete meses, mi centro de salud periódica me diagnosticó una caries en el molar superior izquierdo y no he ido a que me la extraigan. Abrumado por el descuido, intento pensar una solución. Es imposible que pase una Inspección Técnica Vital sin la cartilla sanitaria bucal y una muela podrida . Menuda insensatez. El fantasma de la colonoscopia triaxial sobrevuela mi cabeza. Hoy es el último día, tengo que ir por narices…Estoy atrapado.
Levanto el puño frente al espejo y me digo en voz alta: Iré y pasaré la inspección.
El eco-bus oxigenado me deja justo en frente de la central general de expedición de documentos del estado. Miles de personas hacen cola para entrar , algunos policías controlan la entrada, acompañados de perros genéticamente efervescentes. Al cabo de dos horas un agente del orden biodesagradable me pide el permiso de consumo de oxígeno y la cartilla de valor de masa corporal. Le muestro los documentos y me deja pasar. Subo las escaleras del viejo edificio hasta llegar al mostrador de información. Otra vez miles de ciudadanos se agolpan frente a la ventanilla. Algunos policías, con un contrato de prácticas, usan sus porras fotovoltaicas ecológicas de bajo consumo para mantener en orden a la multitud. Un emisor telepático repite en mi mente mi numero de ventanilla y mi turno cada diez segundos: Ventanilla 3567, número 38947. El volumen telepático esta a 39db neuronales y me siento algo agobiado. Ventanilla 3567, número 38947. En la pantalla aparece el número 128. Hay que tener paciencia. Ventanilla 3567, número 38947.
Al fin, después de 4 horas, llega mi turno. Una mujer, con una operación de estética de embarazo permanente, me atiende. Le pregunto qué tengo que hacer para renovar el permiso b-45/980KL de ciudadanía vital.
- Pague 300.000 eurodólares asiáticos en timohipotecas a un interés variable al 1.000% para cubrir las tasas de oxígeno, vacunación y genética caucásica. Luego presente su cartilla de ADN y su nivel de endomorfinas en la taquilla 4B/654673-Z. Finalmente, pase por la ventanilla 77777-B y presente toda la documentación y su cartilla sanitaria bucal. Allí le darán el permiso.
Un pinchazo recorre mi muela superior izquierda. Estoy a punto de decirle a la mujer que no tengo esa cartilla pero… prefiero no precipitarme. Le sonrío, le doy las gracias, le felicito por su embarazo de silicona y me marcho, mientras la oscura sombra de la colonoscopia triaxial sobrevuela de nuevo mi cabeza.

continuará...

(el próximo capítulo se publicará dentro de siete días).

domingo, 29 de agosto de 2010

una tarde en el Ikea


Advertencia, este post no es ficción. Se cuentan los hechos reales que me sucedieron la tarde del 21 de agosto del 2010 en la macrotienda de IKEA en Hospitalet, Barcelona. Escribiendo esto arriesgo mi vida y mi credibilidad pero creo que es mi deber hacer público todo lo que vi, aquella terrible tarde en la que todo cambió por completo.


Llegué a las instalaciones de Ikea, aproximadamente a las 18h, con la intención de comprar una silla de escritorio Markus y un sofá Karstand. Una vez recorrido el circuito de muebles, me dispuse a buscar los bultos que contenían dichos muebles, en el solitario pasillo 4 sección 17. Supongo que fue el calor o la tensión que me produce gastar dinero; puede que fuera la terrible resaca que padecía, o ese extraño olor a hospital rancio que hay en el Ikea. La cuestión es que la cabeza empezó a darme vueltas, me sentí mareado y todo fundió a negro...
No sé cuanto tiempo pasé inconsciente. Desperté en una pequeña enfermería, echado en una camilla. Enseguida até los cabos: me había desmayado y algunos empleados del Ikea, me habían trasladado hasta allí para que descansara. Me incorporé; y como ya me encontraba bien, abrí con sigilo la puerta de la pequeña habitación y me dispuse a encontrar la salida. Está claro que me equivoqué de dirección, avanzando por angostos pasillos, cada vez más largos, que yo creía, me llevarían hacía algún párking o ascensor de salida. A medida que avanzaba, las instalaciones se parecían más a un laboratorio químico que a una tienda de muebles. Estuve tentado de volver hacía atrás pero el gato de la curiosidad ya me había arañado y decidí seguir avanzando. Me azoré cuando, a lo lejos de un inmenso pasillo, vi aparecer dos personas con bata y mascarilla. Instintivamente, abrí una puerta y me escondí en una habitación.

Hasta que mis ojos no se acostumbraron a la oscuridad no pude apreciar que aquello se asemejaba a un inmenso quirófano. Asustado y embotado de adrenalina cogí una bata y una mascarilla que colgaban abandonadas en una silla, me las puse y salí de aquella angustiosa habitación, agazapado detrás mi improvisado disfraz, con la embriagante sensación de que aquella extraña aventura iba a desvelarme un tremendo secreto.

Algunos pasillos más tarde, llegué a una enorme puerta. Me costó abrirla, parecía construida para que la usara alguien de un tamaño descomunal. Al otro lado, miles de fluorescentes iluminaban una kilométrica fábrica subterránea de construcción en cadena, tan grande como la mitad de la superficie de Hospitalet. En ella, un ejercito de trabajadores empaquetaban y construían los muebles de Ikea. Pude diferenciar algún Expedit y una cinta que transportaba algunas estanterías Billy. Al principio no me había dado cuenta, pero después de frotarme los ojos, pude cerciorarme de que todos los trabajadores medían como mínimo dos o tres metros de altura. Llevaban unos extraños cascos que impedían verles la cara. Con tamaña proporción manejaban ágilmente las piezas y los bultos que para mí eran de tamaño considerable. ¿Quiénes eran esos tipos? ¿Eran humanos?
Asustado, crucé la planta, con el presentimiento de que aún no había visto nada de lo que escondía ese extraño submundo. Y así fue. Mi gran descubrimiento me esperaba detrás de una gigantesca puerta negra. Al abrirla vi algo que jamás olvidarán mis pesadillas: Una sala gigantesca en la que ¡Oh Dios! miles de cuerpos humanos, desnudos, sin vida, se agolpaban en inmensos contenedores. Una vez volcados en una cinta transportadora, los cuerpos entraban en una trituradora. Al poco tiempo, en otro lado, perfectas laminas de conglomerado salían impolutas, y eran recogidas por los trabajadores. Aterrorizado, me giré de golpe y eché a correr, tropezando de bruces con uno de aquellos gigantes. Vislumbré su cara dentro del casco, puede que me fallase el juicio, pero juraría que se trataba de un chino. Tenía los ojos extremadamente azules y el pelo de color rubio. Un sistema de microfonía instalado en su traje, me gritaba las siguientes palabras: ¡Beskäda, Bestä, Gnarp, Vurm, Yster! En mi contestación estaba la posibilidad de morir o de salir inmune. Recordé los nombres de algunos muebles de Ikea y los pronuncié en voz alta: ¡Ektorp, Karlstad, Äpplarö, Hemnes, Skimra! El chino-mutante-sueco parecía comprender aquel lenguaje y me señaló histérico la puerta de la salida. Mi improvisado disfraz y la obsesión por los catálogos de Ikea salvaron mi vida. Salí corriendo y volví sobre mis pasos mientras las imágenes de lo que había tras la puerta negra golpeaban mi esternón para obligarme a vomitar.

Sin respiración, muerto de asco y miedo, pude volver a la enfermería de dónde partía. Me eche en la camilla, mientras repetía en voz baja. ¡Están hechos con muertos, están hechos con muertos! Más tarde, una simpática empleada del Ikea vino a buscarme y me acompañó a la salida. La empleada se preocupó por mi salud pero me deshice de ella. Vomité en el parking exterior bajo una docena de banderas ondeantes de Ikea. ¡Casi todo el mundo tenía un mueble de Ikea en su casa....! ¡Casi todo el mundo...!Luego pensé en las albóndigas del restaurante, los frankfurts de 1 euro, el relleno de los sofás, las almohadas., los juguetes.... Histérico, intenté hablar con el guarda de seguridad, con atención al cliente, con la dirección... pero todos, sin remedio, ante mi desesperación, se hicieron los suecos.

Photoshop: Andrew Flash

viernes, 20 de agosto de 2010

Tempus Fugit



¿Por qué el tiempo corre más rápido en Agosto?
Está mañana me levanto lloroso, melancoholico* y con el esternón helado. Miro mi reloj y una flecha se clava en mi corazón. ¡20 de agosto! Han pasado 20 días como si nada.
Una vez, le preguntaron a Albert Einstein qué era la relatividad del tiempo. Einstein contestó que había que sentarse encima de un brasero ardiendo para darse cuenta de lo lento que podía pasar el tiempo. Eso era la relatividad.
Después de una ducha de Coca-Cola, para desincrustar tanto desasosiego, lo veo claro. No quiero que llegue Septiembre bajo ninguna circunstancia. Así que voy a parar el tiempo, como sea, cueste lo que cueste.
Cojo serrín y me lo pongo bajo mis párpados, introduzco doce chinchetas en mi ojete, me provoco unos cortes en el glande y le he añado limón, me visto con tres erizos en mis calzoncillos y siete sanguijuelas que sorben lentamente la sangre de mi cuerpo.
Espero que con eso sea suficiente. Ahora el Agosto es eterno. Febril. Inacabable. Y voy por la calle sonriéndole al sol de mi verano eterno.

*Melancoholico: Adj.Masc. Estado de tristeza y resaca provocado por la injestión masiva de alcohol.

miércoles, 11 de agosto de 2010

The Incredible Amazing Stories: El secreto de Sierra Madre.

El arqueólogo-escritor entra en la cripta de la antigua civilización. Ha esquivado un sinfín de trampas y peligros para llegar a este recóndito lugar. Encaja la llave de oro de siete muescas, le da siete vueltas y la puerta de la sala oculta se abre entre hierbajos y telarañas. Allí está, delante suyo, el secreto que la secta de los Protectores (a los que ha tenido que matar) ha protegido durante trillones de años. Escrito por la mano de Dios:
(música de John Williams) ¡El Libro de Instrucciones!
El arqueólogo-escritor coge el libro con prudencia entre sus manos. En su tapa, reza en latín: Instruccionum Librum. Lo abre... está escrito en muchos idiomas. Hojea por encima su contenido en español. Hay un montón de faltas, pero allí está todo: Introducción, guía rápida, puesta a punto, sentido de la vida, funciones básicas, el botón de pausa, rebobinado, fast forward, inmortalidad, solución de problemas, garantía (¡Oh! ¡La garantía!), preguntas frequentes (FAQ), teléfono del consumidor, averías, devoluciones, etc....
El arqueólogo-escritor se frota las manos. -Publicaré el libro con mi nombre. Se convertirá en un "best seller" de la noche al día. El libro de autoayuda más vendido del planeta. Seré famoso. Rico. Grande. Me llamarán el hijo de Dios.-
-¡Hijo de puta! ¡Suelta el libro!-
El escritor-arqueologo se queda frito, allí está Pablo Cohelo apuntándole con una pistola: -Dame el libro o te mato-
-Maldito místico de mierda. ¿Cómo me has encontrado?-
-Cuando alguien quiere algo el universo conspira a favor...-
Una tercera voz interrumpe la escena:- Dejaros de tonterías el libro es mío.-
-¡No puede ser! es Jorge Bucay.-
-Maldito Bucay. ¿Cómo nos has encontrado?-
-La felicidad es la certeza de no sentirse perdido...-
-Maldito farsante. Tú no eres feliz, tú eres gordo.-
-Y tú eres un... un... vaya nunca he insultado a nadie... pero os puedo contar un cuento terapéutico que...-
-¡Callaos todos! El libro es mío. Comed plomo.
(La habilidad de Bucay y Cohello para disparar deja mucho que desear y mueren tiroteados por el escritor-arqueólogo)
Jajajaja! Ahora triunfaré a mi antojo. ¡Ay! ¿Este leve pinchazo en la espalda no será que uno de los vigilantes de los Protectores, que yo pensaba que estaba muerto, se ha arrastrado hasta aquí con un cuchillo albaceteño, para matarme por la espalda?
-Pues sí.-
-¿Por qué hacéis esto? ¿Por qué priváis al mundo de tan importante descubrimiento? (muere al acabar la frase)
-Porque hemos leído el libro. (muere al acabar la frase)

lunes, 9 de agosto de 2010

the great escape

Tengo un plan.
Cojo tus ojos, tus brazos, tus piernas, tus tetas, tu culo y tu coño y nos escapamos lo más lejos posible de nuestras cabezas.

domingo, 1 de agosto de 2010

Bang Big

Empujo con fuerza contra su cuerpo, reventamos la pared, atravesamos pisos y edificios, requebrejamos el suelo, gritamos y jadeamos.
La empujo, otra vez, hasta que rompemos el eje geoestacionario de la tierra. Maremotos, terremotos y tsunamis lo destrozan todo.
Ella me reta, con una mirada lasciva, a que continúe, y otra vez la empujo como una flecha clavada entre sus piernas, como una cuña cósmica, como un ariete interestelar.
El universo se altera en forma de dardo y tenemos un orgasmo tan prolongado, que deformamos la curva del espacio tiempo, creamos un agujero negro en la Vía Láctea y caemos muertos en mi cama.
Resoplamos entre cenizas y escombros de pasión. Ella, se abraza a mi cuerpo y me mira enamorada... Yo le digo:- ¡Eh! ¡No te flipes! Sólo ha sido un polvo.-
Ella, se desimanta, se da media vuelta. Aquello no le ha sentado bien. La oigo pensar. ¿Estará tramando algo? De repente se gira y se me echa encima mío...
...y así es como termina el mundo tal y como lo conocemos hoy.

viernes, 23 de julio de 2010

Perdón (versión redux.)

X: Perdone... ¿Es cierto que lo que le cuente aquí no sale de aquí?
C: Perdón, perdón, perdón...Por supuesto que sí. ¿Qué pecados tiene?
X: Eh... esto.... pues... verá....Digo palabrotas.
C: Estoy harto de pecados menores.
X: Pero habrá usted perdonado cosas gordas, ¿no?
C: Bueno, estoy en ello. Todavía soy joven. Pero pienso llegar tan lejos como el hermano Tomás. El muy fiera esta semana lleva, dos violadores, un terrorista, un asesino en serie, dos cléptomanos y un fabricante de bollería industrial.
X: ¡Uau!
X: Con la carrera que está haciendo pronto lo veremos en El Vaticano (supiro) ¡Allí sí que hay pecados! El sueño de cualquier cura confesor...
X: Bueno, si se esfuerza seguro que puede llegar.
C: Mi especialidad son los pecados sexuales. Ya sabe. Todo tipo de filias y desviaciones: Sodomía, doble penetración, matrimonios de más de tres años, cópula con preservativo, popper, oral, milf, bondage, scat, etc...
X: Sí, muy interesante...
C: Bueno, y a parte de decir palabrotas, usted tiene algún pecado más....
X: Si, la verdad es que estaba dando un rodeo, pero ahora que sé que usted es un especialista en el tema... (traga saliva) y....
C: ¡Animo mujer!
X: Tengo relaciones sexuales con mi hermana.
C: Dios! (gracias). Aleluya.¡¡¡Dios mio!!! Esto es un milagro, digo un pecado gordísimo. Además está prohibidísimo.
X: ¿Por qué?
C: Pues porque nacerían hijos subnormales como los borbones. Ya sabe, macrocéfalos y con voz de tontito. Eso sí, muy campechanos y sencillos.
X: Pero yo no puedo tener hijos con mi hermana.
C: Eh.... bueno, pues... ¡Da igual! ¡Está prohibido! Y punto. A los ojos de Dios es un pecado.
X: ¿Entonces me perdona...?
C: Ni de coña. Eso es muy fuerte.
X: Pero yo pensaba que aquí se perdonaba todo.
C: Usted hace el cerdo con su hermana y viene aquí y ala... le perdonamos. No ve que eso crearía un circulo vicioso.
X: ...pero, es que me arrepiento....
C: Cállese, está usted enferma.
X: ¡Y que puedo hacer?
C: A ver... Déjeme que disfrute del momento. Un incesto lésbico. El padre Tomás es un aprendiz delante mío.
X: Es usted un poco codicioso, ¿no?
C: Mire, pecadora injuriosa, aquí podemos hacer las cosas de dos maneras. Una, le mando al infierno para que su culo arda para siempre jamas o dos, arreglamos esto como Dios manda. ¡Joder!
X: ¿Ha dicho joder?
C: Cállese. Yo me absuelvo a mi mismo con la señal de la cruz (se santigua).
X: Me gustaría no ir al infierno....
C: Pues venga. A rezar padrenuestros sin parar. Cientos, miles. Un millón.
X: ¡Buj!
C: Y dígale a su hermana y a los de su calaña que vengan a verme. Por cada tres personas que me traiga le descuento un Padrenuestro. Aquí tiene mi tarjeta.
X: Gracias, padre.
C: No olvide donar 100 euros (más IVA) a los curas pobres y marcar con una X la casilla de la iglesia en su declaración de hacienda.
X: Con una cruz, quiere decir.
C: Sí, exacto, con una cruz. Y ahora vaya con Dios.
¡¡¡FLASHHHH!!!
X: Eh! ¿Qué ha sido ese flash?
C: Le he echo una fotografía para ponerla en su ficha.
X: Pero seguro que no va usted a decirle a nadie lo mío.
C: ¡La puta! (se santigua dos veces) A usted sólo le importa la fama.
X: ¡No es eso, padre!
X: Pero... no me gustaría que se lo contará a nadie...
C: Se dice el pecado pero no el pecador.
X: ¿En serio?
C: Yo nunca miento (se santigua tres veces).
X: Me quedo más tranquila. La sociedad es muy quisquillosa con el incesto.
C: Bueno, por ahora NO le perdono. Traiga documentación: fotos, vídeos, testimonios. Seguiré de cerca su caso.
X: Gracias.
C: Las gracias son del señor y del espíritu santo.
X: Sin pecado concebido.
C: Siguiente.

sábado, 10 de julio de 2010

Policía del amor

P: Buenas tardes. Policía del amor. ¡Documentación!
X: Pero... ¿Hay algún problema señor agente?
P: No, es simplemente inspección rutinaria. Documento nacional de identidad y libro de familia.
X: ¡Ostras! El DNI si que lo llevo (se lo entrega) pero el libro de familia....
P: Ya veo... (mira el DNI) ¿Tiene usted mas de treinta años y todavía no ha formado una familia ?
X: Eh... no, señor agente.
P: Empezamos bien. ¿Tiene usted novia?
X: No...
P: (negando la cabeza). ¿Y se puede saber de dónde viene?
X: Vengo de...
P: ¿Ha estado usted con una amante...?
X: ¡No que va!... vengo de ver a mis... abuelos...
P: Usted se piensa que soy idiota.
X: No... señor agente...
P: Las pruebas son evidentes. Cara de idiota. Manchas de carmín en la camisa. Un chupetón en lado izquierdo de la zona del cuello. ¿Puede usted levantarse la camisa?
X: Hombre señor agente, es que...
P: Podemos hacer esto con el procedimiento normal, usted me acompaña a comisaria, y allí le hacemos las pruebas correspondientes. Ya sabe, intimadación, vejación, tortura psicológica, palizas con toallas mojadas... O, simplemente, puede usted colaborar y todos nos ahorramos muchas molestias. Usted decide.
X: Sí... claro (se levanta la camisa).
P: Aha... me lo temía. El sujeto presenta un moratón en la zona intercostal, lado izquierdo. Herida de uñas en la zona lumbar derecha de profundidad moderada. Muy bien. Va a contarme la verdad o le meto un puro que se caga.
X: Lo siento señor agente. Vengo de casa un ligue.
P: (respiración profunda) ¿Es la primera vez?
X: ¿La primera vez que ligo?
P: A ver... ¡Cuanta paciencia! ¿Es la primera vez que acometen el acto sexual?
X: Sí... la conocí ayer por la noche.
P: ¿La primera noche y ya consuman el acto sexual?
X: Lo siento...señor agente...
P: ¿Supongo que piensa volver a llamarla?
X: No tenía pensado... bueno, sí claro, por supuesto.
P: Tendré que multarle.
X: ¿Por qué señor agente?
P: Está usted acusado de copulación con alevosía y falta de sentimiento amoroso, relación esporádica sin intención de repetición, y negación de oportunidad romántica. ¡Y encima usted no tiene pareja! ¡Menudo sinvergüenza!
X: ¿Sería peor si tuviera pareja, no?
P: Será mejor que se calle.
X: Sí señor.
P: ¿Se da cuenta de que si todo el mundo hiciera como usted el mundo sería un caos?
X: No... digo sí, sí!
P: Le pondré tres multas, así aprenderá. Y alégrese de que no compruebe su nivel de frivolidad.
X: Pero señor agente, he tenido una novia durante cuatro años. Y ahora... me cuesta...
P: ¿Cuando hace de eso...?
X: Un año y medio.
P: El atenuante prescribe al pasar un año. Si usted hubiera leído el código, ahora yo no tendría que explicárselo. Usted como ciudadano está obligado a encontrar el amor de su vida para formar una familia. A los misántropos y a los anacoretas como usted hay que tenerlos bajo control.
X: Pero no me multe...me apuntaré al meetic... a clases de salsa....llamaré a mi exnovia...
P: No estaría mal. Pero eso no le excluye de la multa. La ley es la ley. Aquí tiene sus denuncias.
X: Vaya...
P: Y que sepa que la próxima vez no tendrá tanta suerte... Váyase a casa, dúchese, madure e intente formar una familia. ¡Maldita sea!
X: Si señor, gracias señor.
P: Policia del amor: Proteger y servir. Circule.

viernes, 2 de julio de 2010

Cursilería aguda

Dr: Siéntese.
P: Gracias.
Dr: ¿Sabe por qué está usted aquí?
P: Estoy loco
Dr: En este centro no nos gusta usar este término pero se acerca bastante a la realidad.
P: ¿Cuándo me podré ir, doctor?
Dr: No empuje el río.
P: ¿Puedo pedirle un favor?
Dr: Veremos que puedo hacer...
P: Puede darle esta carta a mi amada.
Dr: Vaya, eso es imposible, como norma, no dejamos que los internos se comuniquen con el exterior y menos con las personas amadas.
P: Pero es muy importante para mí.
Dr: Lo siento no puedo ayudarle en eso.
P: ¿ Y en que puede ayudarme?
Dr: En el centro intentamos que usted vuelva a la normalidad.
P: ¿Qué es la normalidad?
Dr: Este tipo de preguntas no le harán sentirse mejor.
P: Pero si me siento muy bien... Sobretodo los jueves, cuando me dan esa pastillita roja.
Dr: (risa) Sí... Veamos. Mire atentamente este dibujo y explíqueme que es lo que ve...
P: Mmmmm.... Una lámina del test de Rorschach. La número 3. Muy mona por cierto. Un chico y una chica dándose besitos... saltan corazones de... de sus corazones.
Dr: ¿Cómo ha dicho?
P: Una lámina. Sólo eso.
Dr: Correcto.
P: ¿Puedo ahora llamar a mi amada?
Dr: No empiece, por favor.
P: ¿Puedo tomar otra pastillita roja?
Dr: ¿Hoy es jueves?
P: No
Dr: ¿Entonces?
P: Lo siento... si al menos pudiera enviarle un mail...
Dr: ¡Basta!
P: Perdón.
Dr: No soy cura ni abogado. No puedo perdonarle.
P: ¿Puedo marcharme?
Dr: Sí, cuando haya contestado a todas mis preguntas.
P: Está bien...
Dr: ¿Se acuerda de cómo llegó aquí?
P: No.
Dr: Se lo explicaré. Usted sufría de una crisis compulsiva de obsesión y delirios. Falta de atención. Agotamiento. Sobreexcitación. Flaqueza emocional. Depresión y angustia. El típico cuadro de cursilería aguda.
P: ¿Es grave, doctor?
Dr: Entre moderado y grave.
P: ¿Le importaría dejarme su móvil?
Dr: ¿Para?
P: Debería enviarle un msm a mi...
Dr: ¿A quién?
P: A mi... a mis padres.
Dr: ¿Cree usted que soy tonto?
P: No. Yo no creo en nada.
Dr: Le he dicho mil veces que no puede contactar con su amada. Le subiré la dosis de Myolastan y Diacepan a 800mg.
P: Eso es una buena noticia. ¿Le puedo preguntar otra pregunta?
Dr: ¡NO! ¡No puede llamar a su amada!
P: Ah.... ¡Vaya! Ya veo... ¿Va usted a curarme?
Dr: Haremos lo posible. Está usted en tratamiento de desintoxicación progresiva. La medicación y los electroshocks le ayudarán en el proceso. Es un tratamiento largo y depende de lo que usted colabore. En este centro tenemos un porcentaje de éxito de un 2%. El más alto de Europa. Confíe en usted y también en nosotros.
P: Esta bien, doctor. Aunque yo creo que todo saldría mejor si pudiera llamarla y hablar con ella.
Dr: ¡Celadores!
P: Escúcheme un momento, yo creo que ya estoy bien, no estoy obsesionado y hace rato que no he dicho ninguna cursilería... Si pudiera mandar un mensajito...
(Entran los celadores en la sala.)
Dr: (a los celadores) Inyéctenle 1000mg de Benzodiacepina.
P: ¡Doctor! ¡Estoy bien! ¡Un mail! ¡Sólo un mail!
Dr: No me muerda la mano por favor. Llévenselo.
P: Sólo quiero enviarle un emoticono. ¡¡¡Por favor!!!Decirle cuchi cuchi. Cariñito. ¡Arghhhh!
Dr: ¡Cálmese! ¡No se golpee!
P: ¡¡¡Déjenme hablar con mi bomboncito!!! ¡¡¡Mi caprichín!!! ¡¡¡ Mi niñita del alma!!!! ¡¡¡ARGHH!!!
Dr: ¡¡Celadores, por Dios, pónganle la camisa.!!
P: ¿Han visto alguna vez sus ojos? Son cómo el mar en primavera...¡Arfhh! Las mariposas de mi estómago... arghhh... ¡Muñequita liiindaaaaaaaa!
Dr: Parece que ya le hace efecto la dosis...
P: Eehhhh.... mmmm....Y cuando hace morritos.... es una monería... porque... me encantan sus hoyuelos cuando sonrí.... (desmayo y golpe en la cabeza).
Dr: Llévenselo a la celda de máxima seguridad. Espósenlo para que no se autolesione. Tripliquen las dosis de todo. Manténgame informado. Qué Dios le bendiga. Pobre hombre...


Ilustración: Lámina num. 3 del test de Rorschach.

domingo, 20 de junio de 2010

Diario de Dios

Querido diario.
Hoy he conseguido levantarme pronto. En este estado de desesperanza que me acongoja, quedarse en la cama es una opción terrible, así que madrugo para ayudarme a mí mismo y ver las cosas de un modo positivo.
Fatigado, obsesionado, he contemplado de nuevo mi única creación universal. Nunca sé que pensar... a veces la veo como una genialidad y a veces me parece un engendro. Lo creé todo en seis días, sin la ayuda de nadie y, reconozco que algunas cosas no quedaron del todo perfectas: la justicia cósmica está desajustada, algunas partes se ven un poco vacías, me pasé con la velocidad de la luz respecto al tiempo y olvidé del sexo de los ángeles... pero aún así, hay cosas resultonas como el infinito, la muerte súbita, el color pistacho, las palomitas de microondas, las cintura de la Virgen, el punto G, la tercera dimensión, el isótopo deuterio...
Mención especial en el MMMMMMMXXII festival del Olimpo. Ambrosía de Plata en el MMMMMMMMMMVXVI Limbo Festival y Mejor Universo de bolsillo en el GX·$"12 festival en X/89321029 (dimensión alfa). ¡Qué tiempos aquellos! Aún recuerdo cuando todos se preguntaban cual sería mi próxima creación. Yo era la esperanza de la nueva ola de universos independientes...una joven y talentosa promesa. Pero, de eso hace ya tanto tiempo... 93 mil millones de años que han pasado en un suspiro...

Hacía el mediodía me siento en el borde de mi envejecido universo y como cada día intento pensar en mi nueva creación. ¿Poco talento? ¿Crisis creativa? ¿Miedo al fracaso? ¿Falta de ilusión? Nada. No se me ocurre nada. La idea de un universo feliz y sin problemas ya no me convence... y además no acaba de encajar. Así que, en un ataque de histeria, he tirado por enésima vez todo el proyecto a un agujero negro. Angustiado, me he tomado un Diacepan 25gr. que me pasó Lucifer. Después he vuelto a la cama y he dormido todo el día.

La tarde no es mejor. Llamo a mi hijo. Esta borracho de vino y sigue, con un enfado de la hostia. Creo que nunca me perdonará enviarle a arreglar ese estúpido planeta... Me pongo a mí mismo como testigo de que lo he intentado todo: pedirle perdón, contarle lo mal que me siento, pero me cuelga el teléfono. Me rasgo las vestiduras. Ahora, es él quien me abandona.

Por la noche, mientras escribo este diario, me animo pensando en que, joder, soy Dios, ¡DIOS! el todopoderoso, un tipo genial, único, sexy, con carisma y que pronto se me ocurrirá alguna idea para superar esta crisis. Pero al verme en el espejo, al releer estas líneas, al ver mi universo tan desolado, viejuno y lleno de fallos, me doy cuenta de que todo es inútil. ¿A quién pretendo engañar? Estoy acabado. No tengo talento y mi única y vulgar creación se queda en en el olvido. Ahora sólo soy un viejo deprimido, sin futuro. Si al menos pudiera rezarle a alguien.

sábado, 12 de junio de 2010

9 malos pensamientos

En algunas situaciones no puedo evitar pensar mal. E aquí nueve ejemplos:

1- Cuando veo una mujer con un perro enorme, siempre pienso que la mujer se folla al perro.

2- Cuando me presentan a una familia que vive en el campo, en una masia, siempre pienso que estos follan entre ellos.

3- Cuando una dependiente se arrodilla delante mio y me toma las medidas de un pantalón, Siempre pienso que soy su amo y que ella es mi esclava.

5- Cuando veo a un cura, un obispo o un cardenal, siempre pienso que es pedrastra, coprófago, acrotomofílico, anofelorastiáco, etc... etc....

6- Cuando veo a una mujer con uniforme de la guardia urbana o de la policía, siempre pienso que es una severa dominatrix a la que le encanta utilizar la porra y las esposas.

7- Cuando veo a una chica sonreír en el metro, siempre pienso que lleva bolas chinas en la vagina o el ano o que se ha puesto un tanga al reves.

8- Cuando veo a una cajera de supermercado, una dependiente del fnac, una empleada de "la Caixa", una dependiente de una tienda de golosinas o una profesora de parvulario, siempre pienso en sexo anal.

9- ... y finalmente, siempre pienso que mientras lees mi blog, te acaricias el sexo hasta llegar al orgasmo.

jueves, 10 de junio de 2010

Recuérdamelo

Es peor dudar que equivocarse.

miércoles, 9 de junio de 2010

Ciéncia aplicada

ÉL: ¡Qué guapa estás!
ELLA: ¿Cómo lo sabes? Si estamos hablando por teléfono y no me puedes ver.
ÉL: Por estadística.

lunes, 7 de junio de 2010

Hambre

El hambre se nos come.

martes, 1 de junio de 2010

Cuentos Infantiles:- Como evitar que te piquen los mosquitos.

Por la noche me pica. A traición. Escozor. Empiezo a rascarme insistentemente hasta que consigo que además de que me pique encima me duela. Doy vueltas en la cama hasta que la molestia gana a la pereza y finalmente me levanto para ponerme una pomada. Llego a la habitación y me duermo sentado, mientras intento cazar con la mirada a mi diminuto enemigo.
A la mañana siguiente miro mi maltrecho brazo y mi maltrecho tobillo y mi maltrecho cuello, todos con el hinchazón característico. Un Conde Drácula de tamaño milimétrico se ha pegado un banquete de postal y eso pica. Pica hasta el hueso. Maldito mosquito cabrón.
De repente, a lo lejos, delatado por el blanco nuclear de mi pared: una peca, un acento, un bultito negro. ¡Sí! ¡Allí está! El pequeño insecto vampírico que tiene que morir. ¡Acabaré contigo chupasangres del demonio! Zapatilla en mano me acerco con prudencia a la pared. Se trata de una cuestión de vida o muerte. Levanto la zapatilla, tenso mi mirada, respiro hondo y... se me ocurre una idea.

Voy a la cocina, cojo un vaso y tapo el mosquito contra la pared. El mosquito se asusta y se queda dentro el vaso que ahora tapo con la mano. Me acerco a la ventana y antes de sacar la mano le digo en voz alta:
- ¡Te perdono, no voy a matarte, vuela y disfruta de una nueva oportunidad!- Saco la mano y el mosquito vuela libre. Creo que antes de perderlo de vista me lanza una mirada de agradecimiento. Seguro que esta llorando. Luego cierro la ventana. Me siento en el sofá. Me rasco el brazo. Lo sé, lo sé... lo he dejado escapar con la barriga hasta los topes de mi propia sangre, pero me siento bien. He vencido a mi instinto asesino. He parado la guerra. Pero no me juzguen mal. No soy un hombre de moral correcta, ni pacifista, ni siquiera ecologista. A mi los animales no me preocupan nada (no me importa comerme una hamburguesa sangrante de ternerita gallega o un plato de pescadito de tamaño ilegal, de echo, si pudiera me tomaría unas tostaditas con paté de hígado de ballena azul). Lo mío no es amor por la madre naturaleza... no, lo mio es una estrategia digna de un jefazo de márketing del Carrefur. El plan es el siguiente: mi mosquito llega a su casa y cuenta su emocionante historia. ¿Eh? Claro que la cuenta. ¿Si alguien te hubiera salvado la vida no lo contarías al llegar a tu casa? Pues eso, entonces, la historia pasa de boca a oreja en el mundo de los mosquitos y se extiende como la pólvora (este texto es sólo una excusa para usar esta expresión). En poco tiempo todos los mosquitos saben que le he perdonado la vida y piensan que soy un tipo especial, un santo, una especie de mesías al que hay que respetar. Puede que vuelva a ver mosquitos en mi casa pero no vienen a chuparme la sangre sino a honrarme y a cerciorarse de que soy de verdad, una leyenda viva que ha cambiado la relación entre hombres y mosquitos, un paso adelante hacía la comunión de todas las especies. Eso, y el insecticida mortal con el que he fumigado mi habitación, impide con seguridad que los muy desgraciados vuelvan a hacerme ningún daño.

viernes, 28 de mayo de 2010

Manifestación.


Por una coprofagia digna.

miércoles, 19 de mayo de 2010

BMW

El sueño es muy real. Estoy en un prado verde, de proporciones gigantescas, vestido de traje de faralaes. En mi mano derecha llevo un cubo de Rubik y en la izquierda, Pipo, el osito de peluche que dormía conmigo en mi infancia, el muy maldito, insiste en roerme los dedos hasta los huesos. A lo lejos, casi cegado por el sol, entre la hierba mecida por el viento, vislumbro la elegante silueta de una misteriosa chica. Me acerco corriendo con grandes dificultades, las botas de buzo que llevo puestas no facilitan nada la carrera, y angustiado la pierdo de vista. Al poco, oigo su risa en otra dirección, la veo a lo lejos, corro tras ella como un poseso arrastrando el plomo con todas mis fuerzas y cuando estoy a punto de darle alcance, vuelve a desaparecer. Ahora estoy en una playa salvaje. Las olas rompen violentadas contra la orilla. Un grupo de cobayas arlequines surfean de maravilla, mientras el Inspector Gadget les hace fotos. Otra vez, advierto a lo lejos la figura danzante de la chica. Su ropa ondea al viento, dibujando volutas barrocas. Me acerco por la espalda y ella se gira. Es la chica de mis sueños. Su cara es una combinación letal de mujeres adorables. En ella reconozco la cara de mi propio ser femenino, a mi madre y a mis amantes junto con las caras de todas las mujeres que he deseado. Todo equilibrado en un rostro imposible de recordar. Aunque por un momento creo verla idéntica a Raffaella Carrà. ¡Joder con mi subconsciente! Pipo, el osito de mi infancia, me muerde con todas sus fuerzas, así que lo lanzo al suelo y le piso la cabeza hasta que su relleno de goma espuma y macarrones de menú escolar se esparcen por el suelo. La chica de mis sueños coge mi cubo de Rubik, le da tres vueltas y me lo devuelve. Ahora el cubo es todo de color rosa-fucsia-flúor. Un color que nunca había visto antes. Mientras me conmuevo hasta el llanto con su demostración, ella me coge de la mano y me arrastra disparado por un bosque de lencería hasta un espiral de lenguas y lentejuelas doradas. Finalmente llegamos a una carretera donde se encuentra un coche aparcado. Un coche precioso. Entramos dentro. Es confortable y huele a nuevo.
Ella, se acerca y me besa dulcemente. Su beso me produce sensaciones que pensaba que había olvidado. Es infantil y a la vez obsceno, una mezcla de los besos que he adorado y de los besos que nunca me han dado. Me enamoro absolutamente. Me da las llaves del coche, le doy al contacto, el coche ronronea y arranca suavemente. Conduzco con facilidad, deslizándome por la carretera como el rocío por la cara de una hoja, o la mano de una madre en la espalda de su bebé o la lengua caliente por la nalgas de una virgen, o la maleable mantequilla por encima de una tostada... Entregado, a las metáforas de baja estofa, me siento feliz. ¡Qué digo? ¡Soy feliz! Ella me habla por primera vez: - Nuevo BMW 320d. Disfruta de sus 163 caballos de potencia con un consumo promedio de 4,1 litros cada 100 kilómetros desde 30.400 euros o por 275 euros al mes.- Me quedo pasmado. ¿Qué está diciendo? Ella me inyecta su mirada y dice: -¿Te gusta conducir? -
De repente, despierto. Estoy en la cama, en mi habitación, bautizado de sudor. Miro el reloj, son las 5 de la mañana. Mi corazón palpita a puñetazos. Aprieto mis sienes y sacudo la cabeza. ¡Maldita publicidad! ¡Hijos de puta! Alguien a vuelto a colar un anuncio en mis sueños. ¿Será posible?

martes, 18 de mayo de 2010

OPIO

Estoy realmente preocupado. Van a subir los impuestos y cada vez hay más paro. A veces creo que por mucho que trabaje mi pensión será ínfima y que de viejo seré pobre. Ahora, entre otras cosas, van a quitar la ayuda a las personas que tengan un hijo, reducirán las ayudas a personas dependientes (enfermos, gente mayor...), congelarán la revalorización de pensiones (en función del aumento de la inflación), y reducirán substancialmente la inversión pública. Es injusto, salgamos a la calle a gritar, juntemonos para reivindicar nuestros derechos... ¿Eh? ¡Pero chuta cabrón! ¡Chutaaaa! ¡Sí! ¡Ahhhhhh! ¡Gol! ¡Gooooooooooooooooooooooooooool! ¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL! ¡Hemos ganado! ¡Somos los campeones! ¡Oeeeeeeeeeeeee oeeeeeeeeeeeee oeeeeeeeeeeeeeeeeee! ¡Somos los mejores! ¡Cuanta felicidad! ¡Somos los mejores del mundo! ¡We are the champioooooooons! ¡Oeeeeeeeeee oeeeeee! ¡Visca! ¡Viscaaaaaa! ¡Oeeeeee oeeeee! ¡Cuanta felicidad! ¡Hemos ganadoooo! ¡Oeeeeee oeeeee oeeeee! ¡We are the champiooooons! Oeeeeeeee oeeeeeeeeee oeeeeeee....

martes, 11 de mayo de 2010

la realidad

Salgo a la calle y todo me parece sustantívamente real. La calle es la calle. El asfalto es sólo eso, asfalto. Los árboles, a un lado y a otro, son árboles al fin y al cabo, al cabo y al fin. El cielo es azul, el aire invisible y la lluvia moja. La personas caminan un paso después de otro, mientras sus caras denotan con exactitud su estado de ánimo: ausentes, preocupadas, felices o distraídas... No hay metáforas, no hay símbolos, ni fantasía alguna. La claridad de las cosas no da lugar a dudas. El mundo es factible, lógico y calculado. La física y la química se encargan de que todo tenga un sentido, la ley de la gravedad hace que las cosas no floten por los aires, la composición atómica mantiene los cuerpos estables. Los transhuentes respiran y alimentan su sangre con oxigeno, los pájaros baten sus alas para volar y los coches circulan empujados por sus motores de combustión interna. Abatido, me acerco a una pared y la acaricio con la palma de mi mano. Es real. Genuinamente real. Es una simple pared. Miro a mi alrededor y veo todo en las mismas condiciones. Pero de pronto cuando ya todo parece perdido, cuando pienso que el mundo no podrá sorprenderme, allí esta, sonriente, flotando a dos palmos del suelo, el simpático elefante rosa con su sombrerito azul. Menos mal.

miércoles, 5 de mayo de 2010

la rebelión de los niños

Los padres y los maestros fueron los primeros en darse cuenta de que algo había cambiado. Cuando un adulto se dirigía a un niño, fuera cual fuera la situación, éste se quedaba quieto, y le miraba, callado, como si estuvieran pensando en algo muy profundo. Después, simplemente, dejaba de prestar atención, sonreía y volvía a hacer lo que estaba haciendo. Los mayores insistían, rompían en cólera, les forzaban e incluso los maltrataban. Pero los niños habían dejado de hacerles caso a los adultos.
La desconexión era tan fuerte que los niños sólo hablaban entre ellos, en extraños idiomas que ninguna persona mayor podía comprender. Se reían, discutían, jugaban y vivían ajenos a cualquier mundo que no fuera el suyo. Padres, educadores, pedagogos, psicólogos, psiquiatras y científicos de todo el mundo mutipicaban sus teorías, pero ninguno de ellos comprendía lo que estaba pasando.
Pronto, el mundo se dio cuenta de que los niños ya no querían aprender nada, ni hacer caso a nadie y que incluso obligándoles no se obtenía ningún resultado. Las escuelas cerraron y la educación dejó de existir. A medida que los niños crecían sin ser educados, el mundo iba cambiando por completo. Los adultos-educados se hicieron mayores y en poco más de medio siglo habían desaparecido por completo. Las nuevas generaciones de niños no-educados poblaron el planeta y lo convirtieron en su reino. Un reino salvaje, dominado por la locura, el caos y la libertad.

martes, 4 de mayo de 2010

S.O.S.


Caigo al vacío a trescientos kilómetros por hora, la fricción es tan fuerte que se me calienta la piel al rojo vivo. El suelo se acerca a toda velocidad junto la inevitable certeza de que voy a morir reventado en mil pedazos. Le rezo a los dioses en los que no creo, le pido a la satírica suerte que se compadezca de mí, cierro los ojos y en mi oscuridad maldigo a Satán y a sus viles seguidores, cruzo los dedos y pido con afónicos gritos: ¡Clemencia! ¡Clemencia! Da igual. Voy a morir.
Exactamente un segundo antes de estamparme contra el suelo ( no entiendo porque no ha sido un poco antes) una luz Mariana corta en dos: el cielo y las nubes, y cual milagro de postal evangélica, puedo asirme a algo. Desesperado, como un perro a un hueso, me agarro con fuerza a mi salvación, borracho de adrenalina.
Pasado un tiempo todo se calma y llega la paz. Ahora, lloriqueo agazapado a la vida y me doy cuenta de que tú eres mi salvación. Me sonríes y me aferro con fuerza a tu culo redondo porque en ello me va la vida.

viernes, 30 de abril de 2010

el otro lado


Cientos de miles de productos hiper-interesantes, baratos, excelentes. Acción, mujeres, sexo, lujuria, viajes, atracciones y emociones. Noticias, desastres, dramas, asesinatos, gritos, deportes, fútbol, fútbol y fútbol. Celos, escándalos, brillantina, maquillaje, bocas, ojos, culos, lenguas, dinero, coches, consejos, ordenes y prioridades y.... de repente negro. ¿Negro?
¿Qué le ha pasado al televisor? Pregunta él ofendido. No lo se. Contesta ella extrañada. Ambos no se miran. Tienen la vista clavada en la pantalla donde sólo hay negro.
Poco a poco, cuando sus ojos se acomodan a la oscuridad, aparece su reflejo en el televisor. Son ellos. Dos mosquitos atrapados en el ámbar. Se miran.
Están en el comedor, sentados en un sofá, con el plato de la cena sobre sus rodillas. Él se ve muy calvo, ha perdido mucho pelo, hundido en el sillón. Con un gesto intenta sentarse con más decencia. A su lado, está repantingada su mujer, algo ajada, con sus gafas de siempre. No le quedan bien, son de vieja, pero prefiere no decírselo, no quiere ofenderla y menos discutir con ella.
Ella se observa poco agraciada, pequeña, como si hubiera menguado, luego piensa que hace tiempo que nadie le corta bien el pelo. Con un gesto se echa el flequillo un poco para atrás. El comedor se ve anticuado, avariciosamente rancio. Su marido lleva el mismo jersey de siempre, un jersey que nunca le ha gustado, además él también ha menguado.
Él coge el mando de la tele, ella lo ve a través del reflejo, y pulsa los botones desesperadamente. Ella le dice que tenga paciencia pero él aprieta con fuerza todos los canales." ¡Maldito televisor!" Ella le intenta calmar con un "tranquilo cariño". Y él contesta con violencia: "¡Estoy tranquilo!" Ella se enoja y... ¡Click! De repente vuelve la imagen. Él se relaja, ella también. Cientos de miles de productos hiper-interesantes, baratos, excelentes. Acción, mujeres, sexo, lujuria, viajes, atracciones y emociones. Noticias, desastres, asesinatos, gritos, deportes, fútbol, fútbol y fútbol. Celos, escándalos, brillantina, maquillaje, bocas, ojos, culos, lenguas, dinero, coches, consejos, ordenes, prioridades, etc... etc...