martes, 21 de junio de 2011

conversaciones con mi pene (V)


- Este mundo necesita una revolución, hay que acabar con esta falsa democracia, salir a la calle y reclamar nuestros derechos de igualdad y justicia; Quemar coches, meter LSD en el agua corriente e inventar un nuevo sistema. Ella me mira con ojos enamorados y me abraza después de mi pequeño discurso. Me hace el amor dulcemente pero sin piedad. Si no fuera por las hippies y por las punkis (macarras) yo aún sería virgen. A la mañana siguiente, me visto, le doy cuatro besos, uno en cada mejilla y me marcho. En la calle soy ajeno al bullicio y pienso en un nuevo orden político del que yo soy el líder indiscutible. De repente mi pene me habla con su voz de pito habitual:

- ¿Cuantas revoluciones llevamos?
- No. En serio. NO voy a hablar de política contigo.
- Miles de revoluciones para mejorar este mundo y el mundo sigue siendo igual de injusto y malparido.
- Que algunos hayan fracasado no quiere decir nada...
- Comunismo, capitalismo, anarquismo. La humanidad sigue sin encontrar un sistema que le organice en paz y justicia.
- La democracia...
- ...es una utopía que se levanta encima de un cementerio de pobres y enfermos.
- Bueno... habría que inventar un sistema nuevo...
- ¡Ah! ¿Sí? ¿Cual?
- Mmm.... está bien. Por primera vez voy a darte la razón. Es cierto. La humanidad nunca encontrará un sistema que funcione.
- Exacto. El fallo es que en realidad siempre es el mismo sistema.
- ¿A qué te refieres?
- La culpa no la tienen las ideologías, ni las corrientes políticas, la culpa es que siempre han sido promulgadas por los mismos.
- Los malditos cerdos avariciosos y egoístas, ansiosos de poder...
- Los hombres.
- Si eso...
- Entonces si los hombres han fallado démosle el poder a las mujeres.
- ¿Qué?
- Cambiemos la proporción de mandamases (Según la Unión Interparlamentaria, las mujeres componen sólo un 17,4% de los puestos legislativos del mundo) por cada mujer pongamos un hombre y veamos que pasa. No se ha probado nunca jamas en la historia de la humanidad.
- Estás delirando…
- Miles de años de fracaso masculino, de guerras egocéntricas para ver quien la tiene más grande. Yo he estado lo más adentro que se puede de una mujer y sé la verdad: una mujer nunca dejaría morir a sus hijos pero tampoco mataría a los hijos de otras madres. Las mujeres son sensibles, listas y cuidadoras de todo lo que les rodea...Eso sería una revolución. Un cambio de verdad.
- ¿Polla?
- ¿Sí?
- Cállate.
- ¿Por qué?
- ¡¡No entiendes que no puedo tener una polla feminista!!
- ¡ARRIBA LAS MUJERES!
- No grites! La gente nos mira.
- ¡QUÉ NOS MIREN QUE NOS ESCUCHEN! ¡MUJERES DEL MUNDO DEJAD DE LEER EL COSMOPOLITAN Y LA VOGUE, DEJAD DE PREOCUPAROS POR ESE GRAMO DE MÁS, O POR ESA SOMBRA DE OJOS, TIRAD A LA BASURA LA SAGA DE CREPÚSCULO Y LEED A VALERIE SOLANAS! ¡LEVANTAD UN NUEVO PODER Y REGID ESTE MUNDO!
- ¡POR FAVOR! ¡¡¡CÁLLLATE!!!¡
- EN EL 2007 SOLO HABÍA EN EL MUNDO ONCE MUJERES JEFAS DE ESTADO: Michelle Bachelet en Chile, Helen Clark en Nueva Zelanda, Luisa Diogo en Mozambique, Ellen Johnson-Sirleaf en Liberia, Tarja Kaarina Halonen en Finlandia, Gloria….
- ¡¡¡ME VOY A AFICIONAR AL SEXO URETRAL!!!
- ¡¿Qué…?!
- Sexo uretral. ¿Qué prefieres un mondadientes, o empezamos directamente introduciendo un boli bic?
- Nooo… eso nooo…
- Pues a callar.
- Eso es una dictadura.
- Sexo uretral. Te sentirás como una mujer…
- Está bien… ya me callo.
- Perfecto.
- Tirano machista.
- ¡A callar!
- ¡Cerdo Fascista!
- Sexo uretral.
- …..

domingo, 5 de junio de 2011

Insaciable


Empujamos nuestros cuerpos con toda la fuerza de la que somos capaces. Yo grito para no correrme y le tiro del pelo para que ella tampoco lo haga. Mi organismo tiembla por el esfuerzo, y las sabanas se pegan con los miles de litros de nuestro sudor. Ella me clava los ojos y sin palabras me pide más. Mucho más. Acelero el ritmo con mis caderas y me impulso con todas mis fuerzas en su interior. Los músculos me queman, y mi pene (algo dolorido) se encuentra tan dentro suyo que temo romperle las paredes de sus adentros. Ella se excita como un hervor y yo continuo empujando freneticamente con tanta fuerza que pienso que voy a desmayarme. Estoy agotado, llevábamos tres cuartos de hora de sexo salvaje... Tengo que parar. Salgo de su cuerpo (¡plop!) y me echo a un lado con mi polla erguida. Ella, sin pensarlo, se lanza, boca abierta a chuparmela sin compasión y yo noto como mi corazón está a punto de explotar. Sino descanso, voy a morir. La freno:
- Un momento
- ¿Qué ocurre?
- Nada mi amor, tengo que ir un momento al baño.
- Pero, ¿volverás?
- Claro. Prepárate porque esto no ha echo más que empezar.
- ¿Guapísimo?
- Sí?
- ¿Traerás un poco de agua?
- Claro, corazón traeré agua y amor en grandes dosis.
Ella sonríe maliciosa. Pude ver en su cara la bestialidad de sus antepasados en la época de Neardenthal, y eso me asusta mucho. Salgo de la habitación y me voy a la cocina. Casi no pudo caminar, apenas me queda resuello.

En la cocina, está mi otro yo. Una obra perfecta de la genética moderna. Me saluda mientras apura un zumo de piña con red bull. Vamos vestidos iguales (unos viejos calzoncillos) con el pelo cortado igual, con la barba a medio afeitar igual. Él tiene un aspecto fresco y vigoroso y yo tengo el aspecto de un corredor de marathon deshidratado.
- ¿Qué tal lo llevas?
- Tendrás que darle caña.
- Haré lo que pueda.
- Animo.
Mi otro yo me abraza y luego se marcha hacía la habitación.
- ¡Ey! ¡Un momento!
- ¿Qué ocurre?
- Llevále un vaso de agua.
- Okey. Alguna cosa más.
- Que la suerte te acompañe.
Mi otro yo se va con el vaso y entra en mi habitación. Les oigo hablar un ratito y luego empiezan a follar como locos. Fue una muy buena idea comprarme (secretamente) un clon para satisfacerla. De otra manera hubiera sido imposible. Imposible.
Me preparo un zumo de piña con red bull, y me como un par de huevos duros.

Al cabo de media hora mi clon aparece en la cocina, su estado es lamentable, desnudo, empapado en sudor, lleva el pelo despeinado y creo que le tiembla la ceja. Me abraza y yo le pregunto:
- ¿Qué tal lo llevas?
- Estoy sin aliento, tendrás que darle caña...
- Dios, haré lo que pueda.
- Llévale una cerveza.
- Okey.
- ¡Ah! Le he dicho que cuando volviera practicariamos sexo anal.
- ¡Joder tío!
- Lo siento... se me ha escapado.
- Bueno, haremos lo que podamos.
Me despido de mi clon con un abrazo. Me saco los calzoncillos y entro en la habitación. Ella me mira con el deseo al máximo. Me lanzo en sus brazos, como un cristiano a un león. Ella me susurra:
- Eres mi mejor amante.
Yo la beso y la muerdo mientras pienso en adquirir otro clon. Con dos no es suficiente, eso está claro.