viernes, 2 de septiembre de 2011

Muñeco Ruso


A veces me metería dentro de tu cuerpo
como un muñeco ruso en una muñeca rusa.
Viviría en el interior de tu interior,
caminaría contigo en el fondo de tu fondo,
sentiría las cosas que te retumban a lo lejos y a lo cerca,
tocaría por dentro lo que tu tocas por fuera,
compartiría la misma sangre y el mismo latido
y vería las nubes, la ciudad y los coches
desde el filtro de tus ojos azules,
comulgaría con tus pensamientos,
apoyado en la ventana de tus sueños,
compartiría el aire, la carne y los huesos
y esas cosas asquerosillas que recorren nuestros cuerpos,
sería tu digestión, tu riñón, tu lengua y tu esternón,
dentro de tus adentros
en lo más hondo de ti...

... Y al anochecer, con el calor de tu interior,
empezaríamos a tocarnos, yo por dentro y tu por fuera,
y nos encontraríamos en la frontera de tus dulces agujeros
proyectados en el reflejo de nuestros ojos que se miran,
y me dirías: "te siento muy adentro" y yo te contestaría:
"Igual que una muñeca rusa dentro de un muñeco ruso
yo también te llevo dentro."