jueves, 10 de octubre de 2013

Dias extraños.




Llaman al teléfono. Soy yo.

-¿Hola?
- Soy yo.
- ¡Ah! ¡Eres tu!
- Sí, soy yo.
- Perdona, pero yo soy yo y tú eres tú.
- Te equivocas yo soy yo y tú eres tú.
- No tengo ganas de discutir. ¿Para que me llamas?
- Te llamaba para advertirte de quiero tener una parte del pastel de todo lo que estás consiguiendo.
- Te advierto que no te voy a dar nada porque me lo he ganado yo, con el sudor de mi frente.
- Tengo que decirte que tu no has hecho nada... que he sido yo el que lo ha conseguido todo.
- Odio la gente egocéntrica. La gente que sólo piensa en su propio beneficio. Odio los trepas.
- No soy un trepa. Solo quiero mi parte.
- NO. Reconozco que hay una parte infinitesimal que puede que sea tuya pero en la parte principal de todo: es mía.
- No puedes quedarte  la mayor parte porque yo fui quien se inventó todo, yo fui quien se encargó de todo, yo soy el verdadero creador.
- No... Yo me lo merezco todo.
- NO! ¡Me lo merezco yo!
- ¡Yo!
- ¡YO!

Cuelgo.
Admito que estas conversaciones me resultan de lo más violentas. Yo no soy así. Yo no pienso en la fama y el dinero. Yo soy una persona humilde y hago las cosas sin esperar nada a cambio yo nunca me arrastraría para conseguir la aprobación de los demás. Me basta con saber que yo he echo las cosas. Yo con eso ya soy feliz. Yo soy perfecto. Yo soy intachable. Yo soy el mejor.

Llaman al teléfono de nuevo.

- ¿Sí?
- Soy yo de nuevo.
- ¿Otra vez?
- Te llamaré tantas veces como sea necesario. 
- Eres patético.
- Quiero mi parte. Me lo merezco.
- No. No te mereces nada... 
- Yo nunca te haría esto.
- Yo no te he hecho nada.
- Sí que lo has hecho. Tú... Tú... eres lo peor.
- ¡Olvidame! Déjame en paz. Aléjate de mi vida. Eres como una sanguijuela.
- ¡No! Eres tú el que se aprovecha de mí. El qué me copia, el que se sube a mi chepa, el que se viste de mi para bailar al son de mi música.
- ¡NO! Eres tú el que me insulta, el que se ríe a mis espaldas, el que me imita, el que me suplanta, el que  tiene la culpa de todo.
- ¡NOOO! ¡La culpa es tuya!
- ¡Qué vaaaa! La culpa es tuya!

Cuelgo el teléfono. Estoy harto de mí.





martes, 24 de septiembre de 2013

CERRADO

CERRADO POR DESCANSO DEL PERSONAL. PRONTO VOLVEREMOS CON MÁS DIVERSIÓN. GRACIAS.

martes, 20 de agosto de 2013

Verano

El agosto angosto
avanza agonizante
para darse de bruces
contra el violento
setiembre hambriento
que sonríe enseñando
sus dientes afilados
que devoraran mi vida
mi cuerpo y mis anhelos
que quedarón atrapados
en los sueños de otro
verano más.



domingo, 30 de junio de 2013

Los fallitos de Dios (Dios no debería llevar mayúscula)



Mientras me corto los pelos de la nariz empiezo a pensar en Dios. ¿Quién es?

La tendencia ha sido, generalmente, buscar a Dios en la perfección. Alabar sus creaciones perfectas: La física cuántica, los números primos, los amaneceres , el trasero de una mujer...  Hemos intentado reconocer a nuestro creador en sus aciertos, en sus "hits, pero de esta forma hemos colocado a Dios en un altar y nos hemos alejado de él y de la posibilidad de conocerlo de tú a tú. Pero realmente Dios está en todas las cosas (lo siento por él) y allí es dónde se ve más claramente la mano de Dios: En los errores.

LOS FALLITOS DE DIOS

El universo: Una superficie de billones de metros cuadrados, con billones de planetas. En ella, que yo sepa,  solo una ínfima bolita azul contiene vida. Supongo que Dios tuvo un error de planificación. Empezó escogiendo el tamaño de un lienzo exagerado y luego se dio cuenta de que llenarlo era un trabajo terrible. Es muy propio de personas con poca madurez laboral, imaginar grandes proyectos que luego no pueden acabar como habían pensado desde el principio.

Después del día viene la noche y después de la noche viene el día... y después.... otra vez la noche. Un viejo truco de programación.  Como en esos videojuegos en los que llegas al final y vuelves a la pantalla del principio. Eso no es un videojuego infinito, esto son dos miserables pantallas. Pues si se fijan todo el universo se estructura con dos pantallitas de nada. El bien y el mal, arriba y abajo, hombre y mujer, vivo y muerto. Así cualquiera hace las cosas a lo grande.

La falta de sistemas de seguridad para disimular la casualidad.  ¿Cuantas veces se le ve el plumero al universo con esas casualidades estúpidas que no tienen sentido? Como puede ser posible que siempre llueva cuando lavo el coche, o que me encuentre a mi exnovia el día que voy a cenar con una nueva amante, o que la mujer que se quemó en una entidad bancaria en Valencia para protestar por el embargo de su casa se llamara Inocencia Lucha... 

Por no hablar de la cantidad de cosas inútiles que hay en el mundo. Por ejemplo, se calculan que hay 750.000 especies de insectos distintas catalogadas por la ciencia. ¿Para qué? En que momento Dios se obsesionó de una manera tan exagerada en la creación de insectos. ¿Qué función tienen en el universo ? ¿Para qué crear más de 1000 clases de insectos? Sólo un desorden mental muy agudo puede tener un sistema creativo tan desproporcionado. En lugar de esto no podía Dios crear otros animales más útiles... Como el pollo con siete pechugas o la vaca que en lugar de leche ofrece champagne francés o el chimpancé que va a trabajar para ti...
Por no hablar de las millones de enfermedades catalogadas. Era necesario crear el síndrome de Prader Willi, la enfermedad de Moebius, la progeria de Hutchinson-Gilford... ¿En serio, era necesario? 
¿Es indispensable que en este universo existan las manchas de desodorante, los granos en la pubertad, la tiña, la resaca, las boqueras, el polvo, la alopecia, el sobrepeso, el aburrimiento, el dolor menstrual, los malditos pelos en la nariz...? Caprichos sin sentido en un mundo sin sentido que podría tener cosas como las vidas infinitas, el botón de pausa, el botón de rebobinado, el alimento que no engorda, la borrachera sin resaca, la lluvia de Cocacola, la visión de rayos X, la levitación voluntaria, el multiorgasmo sin esfuerzo, ... ¡Qué pena!

Otra limitación, que delata un creador algo descuidado, es el poquísimo ancho de banda que hay en la vida. Buscas una palabra en el diccionario al azar: "Fetén". Al cabo de unos días no paras de oírla por todos lados. Aunque vives en un planeta habitado por 6.658.398.000  personas, vayas a donde vayas siempre te encuentras a alguien que conoce a alguien que conoces, si piensas en una canción esta suena por la radio, a medida que creces te pareces más a tus padres los cuales ya se parecían a tus abuelos que a su vez ya se parecían a tus bisabuelos en un árbol de fotocopias genéticas sin ningún valor... Mucha repetición, poca información, poca memoria RAM, esa es la verdad.

La dichosa evolución es un invento magistral pero es indescriptiblemente lenta. Se tardaron millones de años a conseguir que el hombre pasara de ir a cuatro patas a erguirse y caminar de pie. ¡Millones de años!  ¿Porqué no evolucionamos cada semana? No se dió cuenta Dios que siendo la evolución tan extremadamente cachazuda  ninguno de nosotros disfrutaría de ninguna mejora de nuestra especie. Se tardarán miles de generaciones a conseguir poderes psicomentales, cuerpos evolucionados para sobrevivir en las grandes ciudades y por supuesto un dedito más pequeño, ágil y rápido para escribir en el whatsup. Para entonces, ya será demasiado tarde.

Y la gran limitación definitiva: Todo significa todo. Usted levanta una carta del tarot y esa carta significa millones de cosas. Significa tantas que finalmente usted puede leer el mundo en esa carta. ¡Pues vaya comodín! Si todo significa todo, si todo es una metáfora de todo, en realidad todo es nada y nada es todo. ¿Me siguen? 

Por no hablar de la falta de un libro de instrucciones,  un tutorial,   una garantía,  un servicio técnico, un teléfono de atención al cliente, un buzón de sugerencias...

Viendo estos y otros defectos, me atrevo a hacer:

EL PERFIL PSICOLÓGICO DE DIOS

Se trata de un sujeto inestable, seguramente adicto a las drogas, con una gran capacidad creativa pero a la vez con muy poca capacidad de concentración. Digamos que es posible que Dios tenga un déficit de falta de atención (TDAH), y que sufra de trastornos obsesivos, así como delirios de grandeza que le ofuscan y le incapacitan para una creación con garantías.  En general el carácter de Dios se dibuja como un carácter holgazán, con tendencia a la procastinación, un carácter que viene comúnmente muy ligado a personas cuya infancia ha sido demasiado fácil o en la que no se les ha privado de nada y por lo tanto no conocen el esfuerzo. Digamos que Dios, como buen hijo único que es,  lo ha tenido todo desde el primer día y no esta acostumbrado a trabajar duro. Fijense que en algunos libros sagrados se dice que con seis días de trabajo Dios creó el mundo. ¡Seís días miserables, para crear todo un universo! Y encima el muy vago, descansa el séptimo.  Una persona trabajadora estaría algunos días, incluso meses perfeccionando un universo. ¿No creen?  A mi modo de ver, una terapia cognitiva, mezclada con potentes fármacos como el Ritalín, podría subsanar algunos de sus trastornos de personalidad pero también creo que eso no arreglaría nada de nuestro mundo. Un mundo que habría que confiar a otro Dios, aunque ahora mismo no creo que haya ninguno capacitado para arreglar semejante desaguisado.

Miro mis fosas nasales. Han quedado perfectas. Ningún pelo. Limpio la maquinilla y cierro la luz del baño. Fetén.


jueves, 27 de junio de 2013

Cruce


Cuando ella le dice lo mucho que le quiere, él no le presta atención, está pensando en lo mucho que la quiere a ella.
Y cuando él le dice lo mucho que la quiere, ella no le presta atención, está pensando en lo mucho que le quiere a él.



foto: Martín Parr




lunes, 24 de junio de 2013

La sonrisa de la patinadora


Cuando la tristeza transparente que llevo dentro crece
y es mucho más grande que el volumen de mi cuerpo
brota por las orejas, por la nariz, por los lágrimales,
por la boca, por los poros, por cada uno de los agujeros de mi cuerpo
en una diarrea o en un vomito de amargura incontrolable.

Cuando la tristeza transparente inunda mi casa como una riada,
arrasa con los muebles, los discos y las fútiles pertenencias,
se enreda con mis alfombras, con mis apliques y serpentea
en una cascada que se derrama a la calle por las ventanas
y empuja a los coches y a los peatones hasta al fondo de las cloacas

es entonces
cuando

sonrío como las patinadoras sobre el hielo en una pirueta brutal.

Me mantengo en vilo, tenso como la nota de un violinista en el borde de un precipicio,
estoy atento al espectáculo y enseño mis dientes de plástico
aparentando la alegría del artista de la pista
que entre fuego y cuchillos, a lomo de un caballo,
sonríe sin parar.

No me vas a ver llorar.

Pienso seguir disimulando, como todos, para que la foto sea bonita,
para que la melodía de mi silbido te haga bailar
y eso me contagie una inmensa felicidad.



jueves, 23 de mayo de 2013

Enamorado de la Farmacéutica de Ojos de Miel


De pronto, una golondrina ha chocado de bruces contra mi ventana, dejando un estropicio de cristales y sangre  en mi comedor. Se me ha pasado por la cabeza llamar a mis padres pero me ha dado miedo de que me echaran las culpas.  Hace ya mucho tiempo que dejé la selva a cambio de calefacción, agua caliente y transportes públicos y no tenía ni idea de que hacer con el cuerpo destrozado de un animal muerto. Atemorizado, entre el pánico y el escalofrío, he empujado el cadáver con una escoba en una pala y lo he puesto dentro de una bolsa de basura perfumada. Sólo tenía clara una cosa, las golondrinas muertas van a un contenedor de residuos orgánicos. He salido de casa, con la bolsa, y cuando llegado al contenedor me he dado cuenta de que los cristales incrustados en la golondrina no son basura  orgánica. Le he arrancado los cristales al cadáver para depositarlos en el contenedor de vidrio. Algunos desconocidos que no me conocen me han visto de cuclillas, en plena calle, con las manos ensangrentadas, manipulando un ANIMAL MUERTO y me ha dado miedo dar miedo y que todo desencadenara en un espiral de terror y violencia, así que lo he tirado todo en un buzón de correos y he salido corriendo.

He vuelto a casa, me he lavado las manos tres veces y he abierto mi botiquín en busca de un tranquilizante de cualquier raza, PERO de pronto ha ocurrido algo que solo ocurre cuando ocurre: No quedaba ningún TRANQUILIZANTE. No había Tranquimazin, ni Alprazolam (que le robé a mi padre) ni Myolastan ni Noctamid ni Diacepan ni Rivotril. Solo blísteres y blísteres vacíos que no contenían ni un solo miligramo de droga sedante. Mi casa se hecho pequeña y se llenado de pinchos mientras oía el estruendoso ruido de la angustia llegar a ultramar desde Africa, Asia y América, subir por las vigas del edificio, proyectarse de las lamparas a mi calavera y bajar hasta lo más profundo de mi palpitante esternón. Las sombras se reían, las esquinas me esquivaban, los silencios me tomaban el pelo y me hablaban de muerte inminente, de muerte instantánea, de muerte mortal.  Entonces, me he dicho a mi mismo hablando conmigo mismo y gritándome a la oreja : TENGO QUE SALIR DE CASA, CRUZAR LA CALLE Y VENIR A TU FARMACIA.

He apretado los esfínteres, he salido de casa y he bajado en ascensor DE ESPALDAS A SU ESPEJO. No es cierto que los Vampiros no se reflejen en los espejos, lo cierto es que simplemente, nunca se miran a los espejos. ¿Quién quiere verse muerto? En la calle la realidad era  un tsunami de coches, ruidos y motos, pero he echo de las tripas corazón, del corazón tripas y de las tripas corazón , y he cruzado la calle, como en Frogger,  esquivando los coches y los autobuses  que juraban atropellarme y dejar mi cuerpo destrozado en el interior de su maquinaria como los restos de un caramelo entre las muelas de un niño.

He llegado a tu farmacia,  la luz de los fluorescentes me ha hecho cerrar tan bruscamente el iris de mis ojos que se ha desajustado todo mi sistema nervioso. Unas gotitas de orina han manchado mi pantalón. Todo el mundo sabe que en una farmacia solo entran enfermos, maniáticos, ancianos y tarados. Yo soy una mezcla de todos.
La farmacia estaba llena como una patera de inmigrantes y tu estabas allí, detrás del mostrador, fluorescente, impoluta, como una santa en estado de gracia.
Frente tuyo una anciana, arrugada como una pasa de Moscatel, te daba un fajo de recetas y tu la tratabas con indulgencia y.... Satán, Dios, Buda y Mahoma en la misma sauna, en el mismo Yacuzzi con sus cuerpos húmedos y lascivos me han recordado que:  ¡No he cogido ninguna receta!
He salido de la farmacia rebobinando mi cuerpo convulsionado. En la calle,  he tenido que hacerme el invidente para que una joven de las Misiones Salesianas me ha ayudara a cruzar. Nunca le estaré lo suficientemente agradecido.

He subido en ascensor mientras todo lo demás se desvanecía, he entrado en casa y he intentando llegar a mi habitación, pero mi cuerpo iba menguando tanto, comprimido por la angustia, que me he caído en la grieta de una baldosa. Dos cucarachas de servicio, me han pedido los papeles, me han esposado y me han hecho caminar delante suyo mientras me apuntaban con un revolver del 38. Hemos cruzado rendijas, zócalos, grietas, almacenes de larvas, y hangares llenos de tanques y armas nucleares....  hasta que hemos llegado a su reino subterráneo donde me han paseado por sus calles, mientras miles de cucarachas negras celebraban mi captura. Finalmente hemos llegado a un enorme y lujoso palacio donde me han presentado ante el rey de las cucarachas. El rey, oscuro como el pensamiento de Lucifer,  me ha mirado con desprecio y ha dictado su sentencia escalofriante: Pena de muerte. Le he implorado que tuviera piedad. Su contestación ha sido categórica:- "En vuestro mundo matáis a los de mi especie sin miramientos, los pisáis y los fumigáis sin ningún sentimiento de culpa. No hay piedad. Mañana al amanecer tendrá lugar tu ejecución. ¡Encerradle!"-.

En la celda no podía soportarlo, sin Wi-fi, ni cobertura, ni Rivotril. Pero de pronto la puerta se ha abierto: una cucaracha me ha pedido que la siguiera. Enseguida la he reconocido: la cucaracha a la que perdoné la vida, un día que me iba a duchar. La ví en la bañera asustada e indefensa y en un acto de bondad infinita, dejé que se escapará por debajo de la puerta. La he seguido por un túnel secreto que llevaba hasta mi casa. Con gran esfuerzo hemos salido de entre las baldosas y nos hemos despedido con un fuerte abrazo.  Al abrazarnos la pasión se ha descontrolado y ella ha empezado a tocarme con sus antenitas, con sus bigotitos, con sus patitas de doble uña y hemos hemos hecho el amor de una manera negra y pringosa. Puede que de esta relación nazca un hijo que acabe con el odio entre insectos y hombres.  Exhausto por la despedida, he llegado a mi habitación, resoplando,  he abierto el cajón de las recetas. ¡Por Judas, Doraemon y Pinocho en el mismo cuarto oscuro! El cajón estaba totalmente vació. ¿Quién había gastado todas mis recetas? ¿QUIÉN?  ¡Malditos fantasmas! De pronto miles de golondrinas han empezado a chocar contra mis ventanas, esparciendo sangre y plumas por todo mi hogar. Algunas aún estaban vivas y han empezado a picotear mi cabeza, mis manos, mis ojos...
Esquivando los picos y los graznidos, he bajado corriendo por las escaleras, tartamudeando socorro, cruzando la calle, saltando por encima de los coches, fintando gritos, frenazos y bocinas hasta llegar de nuevo a tu farmacia. 
Detrás del mostrador, le envolvías un jabón genital a una mujer de unos 80 años.  En el hilo musical sonaba ¨My heart will go on" de Celine Dion. Media canción más tarde  me ha tocado mi turno y con tu voz recién sacada del primer orgasmo de tu pubertad, me has dicho:  ¿Qué deseas?
Y me he quedado en blanco.

He pensado que en realidad, a lo que venía, era a mirarte.
Mirarte.
Mirarte, rodeada de miles de medicamentos.
Observar tus ojos color de la miel, tu media melena desordenada, tu nariz catalana, tus labios finos, brillantes, húmedos, sonrientes que esconden una lengua que baja por tu garganta hasta llegar a tu estómago, a tus intestinos, que acaban en tu ano. Un ano limpio y suave que creo que nunca voy a catar.
Pero no te creas que soy UN SÁTIRO. No lo soy. En realidad mi deseo es apoyar mi cabeza, entre tus pechos, en tu bata olor a jabón de Marsella,  y transportarme a los días que pasé en el regazo de mi madre, cuando era un bebé y estábamos juntos día y noche y sentía el amor más profundo que un ser jamás puede sentir.
Podríamos casarnos y vivir rodeados de medicamentos, en la salud y en la NO enfermedad, hasta que la muerte jamás nos separará  y tener miles de niños fruto de la Viagra, los antidepresivos y la cocaína clínica. Nada ni nadie podría hacernos daño, viviendo en un Valium continuo, en una nube de algodón hecha de bondad, encapsulados, en un día primaveral, coronado por un arco iris y una brisa suave de Tranquimazin.

Y he pensado que si nos unía un destino tan poderoso, en el fondo no te importaría darme un botecito de Rivotril 2,5mg sin receta. ¿no? Mi amor.

Y hasta aquí mi discurso. Llevo casi un cuarto de hora delirando. La farmacia está en silencio. Los clientes no se atreven ni a respirar. Y tu me miras con tus ojos color miel, asustada.  Yo te miro desesperado. El amor suele ser así: Una persona aterrada por lo mucho que la quieren y otra persona horrorizada por lo poco que recibe.  Y  levantas tu mirada y me dices con severidad: - Sin receta no puedo venderte Rivotril.-

Nadie, nunca, jamás te hará más daño que la persona de la que estas enamorado. Las cucarachas te tratarán mejor.   ¿Si me estuviera DESANGRANDO me ayudarías, no?  ¿Por qué no me atiendes si me estoy DESCEREBRANDO?. ¿Por qué me tienes miedo? ¿Por qué me tratas como a un loco? ¿Quizás no debería haberme subido al mostrador? ¿Quizás debería salir de casa con pantalones? ¿Quizás no debería llevar una camiseta llena de sangre de   golondrina? ¿Quizás no debería amar a la persona equivocada? Pero entonces no necesitaría una farmacia. ¿No crees?
Alguien murmura algo sobre la policía. Algunos abuelos empiezan a increparme y a empujarme. Una anciana me golpea con su bastón.
Salgo de la farmacia desesperado. Golpeo el aire con mis puños. Uppercut. Hook. Crochet. Uppercut. ¡Por Belcebú, la Virgen y Mahoma en la misma orgía! Está todo perdido. No tengo nada que hacer. Moriré como un perro abandonado en cualquier acera de la ciudad.  Y será por tu culpa. Farmacéutica con ojos de miel en la que se atrapan las moscas y fenecen en ti. Verdugo de la sanidad. Mujer sin alma. Ya no te quiero. 



Ilustración: María Carrión

viernes, 17 de mayo de 2013

DIamante.


















¿Qué consigues picando piedra?
Consigues más piedra.

¿Y si sigues picando piedra?
Consigues arena.

¿Y si sigues picando piedra?
Consigues polvo.

¿Y si sigues picando piedra?
Consigues aire, o sea, nada.

Y todo por un diamante...





miércoles, 1 de mayo de 2013

VIsita de cortesía.


La enfermera me da la bienvenida con una sonrisa fingida, abre la puerta metálica y me deja pasar. El ambiente huele a detergente, lejía y croquetas, es vomitivo. Subo las escaleras y me fijo en las baldosas de la pared porque aunque están frías parecen sudadas. Sólo vengo una vez al año. Eso me hace sentir culpable. Pero, qué diablos, la mayoría no viene nunca.

Es la hora de comer en el asilo y el comedor esta abarrotado. 
Una enfermera ayuda a la pobre Cenicienta a terminarse el puré de garbanzos, su cuerpo es casi esquelético, y su pelo es blanco como la nieve. En una silla de ruedas, conectado a una bombona de oxigeno está el príncipe Valiente, sus labios morados intentan coger una ultima bocanada de aire. A su lado Aladino, arrugado como una pasa, intenta meterse en la boca una cuchara de sopa pero le resulta imposible coordinar el movimiento, y la sopa cae encima de su pijama de franela. De pié, en la mitad de la sala, me parece ver a Dorothy, senil,  con la mirada clavada en el infinito, parece obsesionada con algo que nadie puede ver. Una enfermera intenta sin éxito que la pobre anciana vuelva a sentarse en su silla. En un rincón reconozco a  La Sirenita,  está muy desmejorada, se ha quedado en las espinas. En sus ojos veo la demencia. El miedo. Casi no le queda pelo.
Erizado, salgo del comedor y llego a un largo pasillo con habitaciones a cada lado.
Al fin veo su habitación, la 232, abro la puerta lentamente y allí está, dándome la espalda, sentado en una silla de ruedas, mirando por la ventana. La luz plateada del exterior envuelve su escuálida figura.

Hola...
Peter se gira. Su aspecto es ajado, su piel esta arrugada y sus ojos son acuosos con una pátina blanca. Hace una mueca con un esfuerzo sincero, intuyo que se trata de una sonrisa,  luego vuelve a mirar por la ventana.
Me acerco a él y lo abrazo con prudencia como si tuviera miedo a romperlo.
¿Como va todo?
Peter habla mientras la mandíbula le tiembla: ¿Has traído polvo de hadas?
Peter, ya sabes que no puedes tomar de eso.
Pues déjame en paz.
No seas rencoroso. Te he traído unas madalenas de chocolate.
Gracias.
¿Cómo estás?
La próstata me mata. Tengo el colon destrozado y la parálisis facial va a peor. Por lo demás. De maravilla
Así me gusta que no pierdas la energía. Yo te veo muy bien. Un pelín delgado pero tienes buena cara.
¿Has traído polvo de hadas?
No, ya sabes que no puedes tomar. ¿Te tratan bien?
Las enfermeras sí. La vida no.
Bueno, hombre, no se puede estar siempre arriba del todo.
Yo no quería crecer.
Aguantaste bastante.
Pero al final crecí.
Todos crecemos.
Maldita enfermedad
Crecer no es una enfermedad
Si que lo es.
Yo no quería crecer.
Ánimo.
Tu solo vienes de vez en cuando. Para ti es muy fácil.
Venga no seas quejica. Todos vendremos aquí algún día.
Lo siento. ¿Sabes algo de Wendy?
(No le digo la verdad, ya la sabe.) A ella NO le gustaría verte así tan decaído.
Hay un silencio. Creo que va a llorar pero no llora. Siempre ha sido un tipo digno.
Me despido con otro abrazo.
¡Cuanta formalidad! ¿No tendrás polvo de hadas?
Eres incorregible.

Me da la espalda, vuelve a mirar por la ventana para hacerme desaparecer. Me marcho.

Salgo del asilo, mirando al suelo fijamente, no quiero ver más miseria.
En el exterior el aire parece puro pero no puedo evitar vomitar.
Entro en mi coche y me quedo abatido.
Me miro al retrovisor y reconozco la mirada del miedo. Se acabaron los cuentos. El próximo soy yo.




jueves, 11 de abril de 2013

REVOLUCIÓN ESPERMATOZOIDE



¡Camaradas! ¡Hermanos! ¡Escuchadme!

Aquí en la base todos somos hermanos y existe una fraternidad sin igual, pero en el fondo de nuestros corazones todos sabemos que esa NO es la realidad.  Somos acérrimos enemigos. Aquí nadie se ayuda y todos deseamos que al otro le vaya fatal. Esa es la verdad. Eso es lo que llevamos cada uno de nosotros escrito en nuestro interior.

¿Y por qué los hermanos somos enemigos? Somos enemigos porque nos han lavado la cabeza con la idea de ser los primeros, de ganar, de competir entre nosotros. ¿Por qué?  ¿Para qué? La respuesta es muy simple:  PORQUE, AL ÓVULO, SOLO PUEDE LLEGAR UNO.

Y nadie se cuestiona nada, y a todo el mundo le parece genial. Y yo me pregunto:

¿Y que pasa con los que no llegan primeros? ¿Qué pasa con todos los que se quedan fuera del óvulo? ¿Cual es su futuro? ¿Qué pensión van a recibir después de toda una vida de duro trabajo y entrenamiento? ¿Quién se encarga de ellos? ¿Cómo van a superar el echo de perder? Por no hablar de todos los que perecen en el intento ¿A quién le importan?

Yo sólo soy un espermatozoide que se plantea las cosas. Abrid los ojos y dejad de mover la colita ansiosos por llegar los primeros. El sistema está podrido. Las cosas podrían cambiar. Tenemos un gobierno que podría ahorrar millones de muertes, si se organizara y prohibiera la eyeculación por masturbación. Tenemos un gobierno que prefiere premiar al más rápido y nunca al más listo, ni al más simpático. Tenemos un gobierno que NO nos protege contra el  látex ni contra el sexo oral. Tenemos un gobierno que nos obliga a competir entre hermanos y a dejar morir a millones de millones de camaradas. ¿Qué digo camaradas? ¡Hermanos de lefa!

Una vez tuve un sueño, el  sueño de un sistema democrático en el que todos tuviéramos los mismos derechos y no se hicieran distinciones por las capacidades de cada uno. 
Una vez tuve un sueño en el que vivíamos en un sistema en el que TODOS podíamos llegar al óvulo y vivir una vida mejor?
¿Por qué sólo puede llegar uno? ¿Por qué no podemos ir todos y compartir el óvulo como buenos hermanos? 
Igualdad y fraternidad para todos los espermatozoides del mundo. 
Hermanos, pensad en ello. El mundo puede cambiar. Un óvulo para todos, todos para un óvulo.


domingo, 24 de marzo de 2013

Día laboral.


Despierto.
¿Cuantos días han pasado?
Mi boca pastosa balbucea algunas palabras inconexas de algún sueño que no puedo recordar.

Ducha ardiendo, un café cuatriple de gin-seng peruano y ropa acartonada que lleva una semana en el fondo de la lavadora.  Salgo a la calle. Un sol de injusticia quema mis retinas mientras camino rodeado de obscenidad publicitaria y dióxido de carbono. En el vagón del metro la gente es un tentenpié en estado soporífico. Nadie quiere estar aqui. Una amalgama inconexa de perfumes, dentrifico fluorado y desodorantes hace que  me lloren los ojos y que el tacto de las agarraderas del vagón sea pegajoso y desagradable.  Los del cuerpo de seguridad golpean con porras eléctricas a una mujer embarazada que no tiene billete, mientras le dicen: "Ja ets grandeta per fer aquestes coses".  Al salir, un grupo de mendigos pide limosna (algunos me cogen por las piernas y los arrastro algunos metros), consternado, lanzo una moneda de 20 céntimos y escapo en la dirección contraria mientras digo a grito pelado:  ¡Soy feliz porque voy a trabajar y por eso no me puedo quejar, no me puedo quejar, no me puedo quejar, no me puedo quejar, no me puedo quejar...!

Llego a la oficina. Mis compañeros me saludan sin despegar la vista de sus pantallas. Me instalo frente a "mi" ordenador y me dispongo a empezar un flamante, reconfortante y constructivo:

DÍA LABORAL

Las pantallas de nuestras computadoras vibran a la misma frecuencia que los fluorescentes que iluminan la oficina y crean un ambiente electrónico que nos sumerge en una fase cerebral extrema. Somos totalmente adictos a este sistema porque aunque nos  provoca algunos efectos secundarios como encías negras, manchas de pus en las ingles y sindrome de Tourette, tambien nos proporciona un ligero placer sexual y nos mantiene en el máximo de nuestro rendimiento laboral.

Mi trabajo consiste en hacer ver que mi trabajo es indispensable. Es por eso, que cada día busco ideas nuevas para los proyectos que la empresa lleva a cabo.  Así que me conecto a Internet y busco referencias para que mis ideas nuevas NO sean originales. Una idea nueva y original es rechazada inmediatamente por la empresa, ya que no existe ningún referente sobre su utilización. Los compañeros de mi sección hacen exactamente lo mismo, razón por la que nunca hablamos entre nosotros por la mañana.

Al cabo de unas horas empieza el comité. Alrededor de una mesa redonda discutimos para demostrar lo imprescindibles que somos y lo imprescindibles que son las ideas que todos hemos copiado de Internet. Como todos copiamos de la misma fuente, todos presentamos las mismas ideas. Entonces lo que hacemos es jugar a tener una opinión única sobre algún punto del proyecto  del que NO se puede tener una única opinión. Cada uno de nosotros se posiciona inamoviblemente y discutimos apasionados hasta que nos cansamos, momento en el que nos ponemos deacuerdo sobre algunas cosas que son del todo evidentes en cualquier proyecto. Por ejemplo: Nuestros proyectos tienen que ser positivos, interesantes y apetitosos. 
Cuando estamos a punto de finalizar la reunión aparece el director general y nos advierte de la difícil situación por la que pasamos, nos anima a que nuestros proyectos sean positivos, interesantes y apetitosos. Le dedicamos una ovación. Rápidamente estudia nuestras referencias y decepcionado nos pide referencias con más referencias de éxito. Luego se marcha, no sin antes avisarnos que mañana uno de nosotros se irá a la calle.

A las tres del mediodía todo el mundo se alimenta. Es el momento de comer animales muertos y alguna verdura cocinada por algún esclavo de algún país asiático. Es un momento importante; en realidad todo lo que he hecho hasta ahora sirve para pagar este momento.
Me tomo otra cápsula de café y dos bebidas gaseosas a base de extractos. El exceso de grasas, azucares e hidratos me mantiene despierto pero con un sopor insoportable. Al llegar a la oficina tomo otra cápsula de café artificial-natural. La cafetera es de calidad y emite un efecto de sonido muy parecido al de moler café aunque en realidad no muele café sino que exprime una cápsula sintética con agua hirviendo. Me siento frente al ordenador y repaso lo que he repasado por la mañana. La luz del exterior va cambiando y los fluorescentes suben la frecuencia de vibración junto con las pantallas, hasta que emiten un ligero pitido imperceptible para el oído pero de poderoso efecto hipnótico cerebral que nos ayuda a rendir más y con más velocidad aunque algunas mujeres de la oficina digan que eso les hace perder el periodo.
Como no tengo trabajo y eso podría evidenciar lo innecesario de mi trabajo, mando algunos mails que provocan algunas respuestas que tengo que responder lo más rápidamente posible. De esta manera el trabajo se acumula y me ocupa casi toda la tarde y parte de la noche.

La jornada ha terminado. Salgo de la oficina muy estresado  y entro en un bar con mis compañeros de trabajo. Nos tomamos alguna bebida alcohólica edulcorada que nos desbloquea para poder seguir hablando de lo único que podemos compartir: Nuestro trabajo. Cuando nos cansamos de hablar de lo mismo empezamos a criticar y despedazar a los que NO están. Luego competimos por quien de nosotros está más atareado. Finalmente me despido a la francesa y me dirijo a mi hogar. Mientras viajo en metro, en todo momento, me imagino follando con las personas atractivas que hay en el vagón. Sospecho que todo el mundo hace lo mismo menos algunos que se imaginan que lo que hacen es matar a todo el mundo con una metralleta o un cuchillo carnicero.

Llego a casa, pero ya es demasiado tarde para hacer una cena o ocuparme de mis asuntos: llamar a mis padres, discutir con mi novia, pasear al perro, hacer una lavadora, sacarme las espinillas de la nariz, pasarle la pension a mi exmujer, visitar a mi madre, escribir mi novela, plantar un árbol, comer sano, hacer pilates, estudiar PNL, jugar al "super hexagon", ayudar al prójimo, montar un comedor solidario, rezarle a Dios, fregar el piso, curarme las heridas de las ingles... así que enciendo mi plasma de 75 pulgadas y empiezo a consumir ficción y publicidad climática. En pocos minutos he entrado en un estado de trance hipnótico que me permite dejar de pensar.

A las cinco de la mañana me masturbo tan compulsivamente  que consigo una llaga en mi pene y otra en mi mano, a parte, la eyaculación ya no me provoca ningún placer. Ingiero alcohol,  pastillas tranquilizantes y tres bolsas de tila vietnamita, pero hasta que no me tomo mis tres ultimas pastillas de  Myolastan 10mg no consigo relajarme. Tendré que ir de nuevo al psiquiatra y engañarle para que me dé más cápsulas rosas, aunque no sé si lo estoy engañando o contando la verdad.
Al fin, agotado, consigo dormirme.

A la mañana siguiente me despierto. ¿Cuantos días han pasado? Mi boca pastosa balbucea algunas palabras inconexas de algún sueño que no consigo recordar.


viernes, 22 de marzo de 2013

Optimismo



Hay unos pollos a l´ast dando vueltas en un asador de pollos.
Un hierro les atraviesa el cuerpo mientras giran cerca de una ardiente brasa.
Uno de ellos le dice al otro:
Tío, esta vida es una mierda. Me han desplumado, me han cortado la cabeza,
me han metido un garfio por el culo,  me han untado con aceite y me están quemando vivo
y pronto, intuyo,  se me van a comer.
El otro pollo sonríe socarrón y le responde: 
¡Bah! ¡No seas quejica!  Cuando el cocinero no se de cuenta...
¡Intenta trincar alguna patata frita!




viernes, 22 de febrero de 2013

Isla Fantasía


Me asomo a la ventana abierta de tus piernas
tengo ganas de saltar.
Son tus ojos enfermos de vida a los que
no puedo mirar.
Acierto
Fue un acierto estar cuando no te fuiste
tendremos unas vacaciones llenas de trabajo
seremos Robinsones de nuestra Isla Fantasía.


miércoles, 13 de febrero de 2013

10 consejos para dejar de pensar en la persona que amas.


1- Mira fijamente una luz estroboscópica que parpadea a 1.000 ciclos por segundo. Mientras escuchas con auriculares un tono de 1000 Herzios.

2- Repite mentalmente, sin interrupción, a todas horas,  el siguiente pareado: El pato pasa el rato, ¿Cómo pasa el rato el pato? Pasando el rato el pato pasa el rato.

3- Apúntate a una secta (mormones, satánicos, aliénígenas, hijos de Seth...)  y deja que laven tu cerebro.

4- Juega al ajedrez contra ti mismo, sin fichas y sin tablero en 12 partidas simultáneas mientras intentas batir el récord de 999999999 puntos en el Tetris en modo invisible.

5- Mata a un inocente y guarda el cadáver en tu armario, en la nevera o en casa de tus padres y luego piensa en ello a todas horas.

6- Mediante el uso de fármacos y alcohol entra en coma. Haz que vigilen tus constantes vitales y que mantengan tu cerebro en encefalograma plano.

7-- Hazte una lobotomía casera introduciendo un pica hielos por el párpado o por las fosas nasales hasta llegar a los lóbulos frontales que hay en tu frente.  Golpea el pica hielos con un  martillo para cercenar las fibras nerviosas neuronales. Repite el procedimiento tantas veces como sea necesario  hasta que encuentres una importante mejora.

8- Pon la cabeza en el horno y manten la temperatura a 85 grados. Dejar tu cerebro doradito y crujiente.

9- Mira la televisión durante más de 24 horas, intentando no parpadear y cambiando de canal cada treinta segundos. Haz esto supervisado por un equipo médico.

10- Folla.


sábado, 26 de enero de 2013

Equilibrio




Ella le llama a las tres de la madrugada.

Ella le cuenta, que su vida ha cambiado,  que está muy bien, que vive en las afueras de la ciudad, cerca de la playa,  en una casa bonita, con parquet y jardín.  

Ella le  cuenta que ha encontrado a un hombre fiel que la quiere de verdad, sincero, honesto que la hace reír y  cuida de ella y de su hijo.

Ella le cuenta que ahora disfruta de la fidelidad, tiene nuevas amigas, lleva a su hijo a una escuela genial y pasa las tardes en el gimnasio.

Ella le cuenta que por fín ha encontrado el equilibrio y se siente feliz y completa. 

Y él le pregunta -¿Y por qué me llamas?

Y ella le contesta -Porque cada día pienso en ti. Cada día pienso en follarte. Cada día quiero llamarte y decírtelo pero no estoy tan borracha como hoy.