domingo, 27 de noviembre de 2011

Bonnie & Clyde


Hicimos un agujero en el suelo para llegar al piso de abajo. Sólo para probar. La cosa funciono de maravilla. Vivíamos encima de un Supermercado Caprabo y gracias al agujero podíamos bajar por la noche y robar todo lo que quisiéramos. Era alucinante entrar con nuestras linternas y coger ese jamón que nunca podíamos pagar y esa carne que nunca habíamos probado. Nos llevábamos el queso y los embutidos más caros, los helados "premium", los productos de "gourmet" y un par de botellas de Chivas. Luego, subíamos otra vez a casa por el agujero y poníamos la tapa (encajaba perfectamente) y nos dábamos el atracón del siglo. Los del Caprabo nunca se darían cuenta, además, pronto nos mudaríamos a vivir encima de una joyería.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El increíble Mr. Charles Watts y la maravillosa Elaine Laine

La sala de espectáculos está llena hasta los topes, Mr. Charles Watts (The Stream Light Man), aparece con su bata de luchador de boxeo en el centro del escenario, acogido por una tremenda ovación.
Justo cuando Mr.Charles Watts se quita la bata, las luces se apagan, dejando al público sumido en la más oscura oscuridad. Poco a poco, en mitad del escenario, una pequeña luz empieza a crecer. Aunque algunos incrédulos se sienten engañados por sus propios ojos, lo cierto es que la luz proviene del pene de Mr. Charles Watts, que empieza a brillar con inusitada fuerza, iluminando la cara embobada de todos los presentes.

El fulgor del miembro de Watts llega a ser de una claridad tan intensa que obliga a los espectadores a protegerse con gafas de sol para no quedarse ciegos. En ese preciso momento, entre "aaaaahhhhs" y "oooohhhs", aparece vestida con la más ligera de las gasas, la atractiva y fabulosa Elaine Laine, la famosa ayudante de Mr. Charles Watts. El público se pone en pie y aplaude en fervoroso éxtasis. La escultural modelo se desviste con soltura y se queda totalmente desnuda frente a la potente torcha luminosa del pene de Mr. Charles que sigue aumentando exponencialmente de tamaño y luminosidad. Elaine Laine sonríe con malicia, saluda al distinguido público y en un ágil y sinuoso gesto, engulle con su sexo la poderosa fuente de luz.

De pronto el milagro se hace real. La fantasía es un hecho. Ver para creer. Creer al ver. El local se ilumina de una luz nunca vista, de un rojo cálido palpitante, que convierte la sala en un auténtico templo del amor. Nadie presente olvidará nunca el cuerpo, ahora transparente de Elaine Laine, proyectando su anatomía interior convertida en divina luz. Señores y señoras han visto en directo, ni más ni menos que a Charles Watts, el hombre bombilla junto a la deliciosa Elaine Laine, la mujer lámpara.


dedicado a Ruth Uve

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Grandes episodios de la crisis. Capitulo II (ITV)

Estoy en mi casa, cuando de repente, llaman a la puerta. Me acerco pero por prudencia NO abro.

- ¿Sí? ¿Quién es?
- Hola buenas tardes, ¿Es usted es el propietario de este piso?
- Sí... ¿Pasa algo?
- No nada. Simplemente vengo a hacerle la ITV.
- ¿La ITV?
- Sí, la inspección obligatoria anual de los pisos con más de treinta años. Inspección Técnica de Vivienda.
- ¿Está de coña?
- ¿Puedo pasar?
- Creo que... NO.
- Le recuerdo que lleva usted un retraso de 3 meses y me veré obligado a ponerle una multa de 300 euros...
- ¿Pero desde cuando los pisos pasan la ITV?
- Se publicó en el B.O.E. y se hizo eco en todos los canales informativos.
- Yo no me he enterado....
- Que usted no sepa la ley no le excede de cumplirla. Bueno, pues le haré una denuncia que podrá pagar cómodamente....
- Está bien, pase, pase. (abro la puerta)

El tipo entra. Es un tipo de unos cuarenta años, lleva zapatos de invierno (en pleno agosto) y tiene granitos rojos de apurarse al afeitarse, su corbata le aprieta tanto que temo por su vida.
A medida que va diciendo las cosas las va apuntando en un formulario que apoya en una carpeta.

- A ver... (mirando a todos lados). Suelo, correcto, pintura de las paredes: correcto. ¿Las bombillas no son ecológicas de bajo consumo...?
- Eh.. no...
- Debería cambiarlas, así ahorraría mucho más.
- Pero las que hay ahora funcionan muy bien.
- Pero gastan mucho.
- ¿Y qué hago con las que tengo?
- Las guarda y compra de nuevas.
- Pero no tengo dinero para comprar las nuevas y así poder ahorrar.
- No siga por ese camino.
- Pero....
- ¡No siga!
- Está bien....
- (el tipo apunta algo en el formulario, niega con la cabeza y entra en la cocina). Encimera, nevera (abre la nevera), horno. Mmmm.... un horno de 250ºde máxima potencia...
- Sí. Lo compré hace poco...
- Mal.
- ¿Mal?
- Mal. Tendremos que ponerle un limitador. La normativa permite hornos hasta 225º.
- Pero...
- Sólo se permiten 250º en Restaurantes y Hoteles.
- Pero...
- Bueno, sigamos. Grifo de agua fría: correcto, temperatura correcta, flujo correcto. Caliente. Correcto. Correcto y correcto. Vaya, hay que cambiar el estropajo de los platos cada mes. No ve que este estropajo tiene más de medio año. Falta leve. (suspiro) ¿El dormitorio?
- (le acompaño hasta el dormitorio, el tipo se acerca a mi cama). Pase, pase...
-Vaya... ¿No se hace usted la cama nunca? Como no se ha echo la cama le tendré que poner una multa.
- Lo siento.
- Hay que hacerse la cama, la ley es muy seria en eso.
- Vaya lo siento.
- Pues ya es demasiado tarde.
- ¿Y es muy cara la multa?
- ¡No hombre, no! ¡Es una broma! (se ríe )
- Dios.
- ¿Como quiere que le ponga una multa por no hacerse la cama? (se ríe otra vez) Bueno, se acabo la diversión. Voy a comprobar la mullidez, resistencia y elasticidad de su cama. Tenemos que asegurarnos que descansa bien. Una mala cama puede provocar lesiones de espalda irreparables. (el tipo se sube a mi cama y empieza a saltar).
- ¡Jesús!
- Los muelles están un poco oxidados y se nota que es una cama vieja. Está ve lo pasaremos por alto pero el próximo año tendrá que cambiarla. Sin duda. (el tipo baja de la cama).
- ¿Falta mucho?
- No se impaciente. Vamos a por el comedor...¡AaaaaaaaahhhhhhhhhHHHH!
- ¿Sí? ¿Qué pasa? ¿Qué ocurre?
- No... no... ¡¿No tiene usted televisión?¡
- No... ¿Cual es el problema?
- Claro, no me extraña que luego no sepa que hay ITV de pisos. Si no se informa. Es obligación del ciudadano informarse de sus responsabilidades. ¿No tiene antena?
- Sí... pero es que no miro la televisión. ¿Pero, es eso un problema?
- Las casas hablan de las personas que las habitan. No se puede vivir desinformado. ¿No le gusta el cine? ¿Ni los documentales?
- Sí...
- Entonces, responsabilízese un poco y cómprese una televisión. ¿Y estas estanterías? No ponga tantos libros, ¡no ve que se deforman!
- ....
- Vamos al baño. Wc: Bien. Grifos y agua: correcto. Ducha correcto. No le iría mal pasar un poco de lejía. Falta leve. Una araña. Falta leve. Bueno ya hemos acabado. Ahora le haré un papel para lo del horno y... un momento (el tipo se agacha y se queda mirado la parte inferior de la pared del comedor). ¡No puede ser! ¡Es increíble!
- Ocurre algo?
- No es posible. ¿Cómo no me di cuenta?
- ¿De qué?
- Usted no tiene zócalo. Su casa no tiene zócalo. Eso es inadmisible.
- Pero el zócalo no... no sirve para nada.
- ¿No sirve para nada? Sirve para... para... Maldita sea el zócalo es obligatorio y punto.
- Pero a mi no me gustan los zócalos y valen una pasta....
- No se puede vivir sin zócalo, todo el mundo tiene uno en su casa, es la normativa. El zócalo es higiénico y previene de riesgos.
- ¿Qué riesgos?
- De infección y de... y de todo.
- Lo siento pero tendremos que volver una vez se haya instalado el zócalo.
- Pero yo no quiero zócalo.
- ¡Y dale! La gente tampoco quería llevar casco en la moto y la de vidas que hemos salvado. Tiene un mes para instalar zócalo. Luego pida una visita por Internet. (me da un papel rosa). Cuando tenga el zócalo y el limitador del horno, nos llama. Si tarda más de veinte días le denunciaremos y le embargaremos el riñón.
- ¡El riñón! Cielo santo!
- Sí, antes embargamos pisos, pero tenemos miles de pisos y no podemos venderlos, así que ahora embargamos órganos, son mucho más rentables.
- (trago saliva)
- Buenas tardes.
- Buenas tardes

El tipo cierra la puerta detrás de sí.

-(desde fuera) ¡Y limpie el baño por el amor de Dios!

Me quedo solo, desanimado, me siento en mi sofá, un muelle se rompe por dentro, de pronto un terrible pinchazo en los riñones me deja clavado durante toda la tarde. ¡Maldita crisis. Maldita crisis!