viernes, 1 de mayo de 2009

supervago


Me levanté porque estaba harto de dormir. Me dio mucho pereza ducharme y me eché en la cama. Al cabo de tres semanas sonó el móvil. Pero no contesté. Aún no había hablado conmigo mismo ¿cómo iba a hablar con los demás? Tenía hambre pero la nevera estaba vacía porque me había dado pereza ir al supermercado y hacer cola. Además, antes tenía que ir al cajero y eso sí que me daba auténtico palo. Me comí las migajas de unas patatas fritas que alguien había comprado y miré por la ventana. Se estaba bien. El aire de las 13h en el patio interior de una escalera es de lo más saludable.
Enseguida me cansé y me volví a echar en la cama. Treinta y dos horas después sentí cierta intranquilidad por no hacer nada. Me levanté y puse una canción en la microcadena pero no la escuché toda. Abrí la nevera y comí una loncha de queso seca que alguien había comprado. Fui al baño y mientras meaba sonó el teléfono. O una cosa o la otra. Acabé de mear y miré la llamada perdida. Los pesados del curro llevaban cientos, ¡qué digo cientos! ¡¡¡miles!!! de horas trabajando. La mayoría iban drogados de café y azúcar de bollería. Pensé en llamarles en una hora cuando estuviera un poco más lúcido y ellos más cansados.
Hojeé una revista y me acosté en la cama. Cerré los ojos. Dieciocho años más tarde volvió a sonar mi móvil. Sería mi chica o mi mejor amigo o mi padre y mi madre al mismo tiempo, no supe qué hacer y lo cogí. Eran los del trabajo. Querían saber si aceptaba dar unas clases en la Universidad. Les dije que estaba muy ocupado y que vería qué hacer. Insistieron. Les dije que lo pensaría y que les llamaría el... el.... el jueves, ¡NO! mejor el viernes y les colgué con la excusa de que no tenía cobertura y no entendía nada de lo que decían. Fui al baño. Allí pensé cómo olvidar todo aquello. En el baño se estaba bien. Sentado apaciblemente con un montón de tiempo para uno mismo. Dos horas más tarde me puse el pijama y me metí en la cama a leer pero se me cerraban los ojos. Dormí un par de horas con la luz encendida y luego, sonámbulo, me levanté a apagarla para volver a dormir en la más reconfortante oscuridad.

ilustración de M.B.

2 comentarios:

puppet de satan dijo...

zzZZzzzzZZZZZZzzzzzzzzz.................ZZZzzzzZZZzzzz........

Anónimo dijo...

aDios!


Somos almas gemelas!

l.j