viernes, 23 de julio de 2010

Perdón (versión redux.)

X: Perdone... ¿Es cierto que lo que le cuente aquí no sale de aquí?
C: Perdón, perdón, perdón...Por supuesto que sí. ¿Qué pecados tiene?
X: Eh... esto.... pues... verá....Digo palabrotas.
C: Estoy harto de pecados menores.
X: Pero habrá usted perdonado cosas gordas, ¿no?
C: Bueno, estoy en ello. Todavía soy joven. Pero pienso llegar tan lejos como el hermano Tomás. El muy fiera esta semana lleva, dos violadores, un terrorista, un asesino en serie, dos cléptomanos y un fabricante de bollería industrial.
X: ¡Uau!
X: Con la carrera que está haciendo pronto lo veremos en El Vaticano (supiro) ¡Allí sí que hay pecados! El sueño de cualquier cura confesor...
X: Bueno, si se esfuerza seguro que puede llegar.
C: Mi especialidad son los pecados sexuales. Ya sabe. Todo tipo de filias y desviaciones: Sodomía, doble penetración, matrimonios de más de tres años, cópula con preservativo, popper, oral, milf, bondage, scat, etc...
X: Sí, muy interesante...
C: Bueno, y a parte de decir palabrotas, usted tiene algún pecado más....
X: Si, la verdad es que estaba dando un rodeo, pero ahora que sé que usted es un especialista en el tema... (traga saliva) y....
C: ¡Animo mujer!
X: Tengo relaciones sexuales con mi hermana.
C: Dios! (gracias). Aleluya.¡¡¡Dios mio!!! Esto es un milagro, digo un pecado gordísimo. Además está prohibidísimo.
X: ¿Por qué?
C: Pues porque nacerían hijos subnormales como los borbones. Ya sabe, macrocéfalos y con voz de tontito. Eso sí, muy campechanos y sencillos.
X: Pero yo no puedo tener hijos con mi hermana.
C: Eh.... bueno, pues... ¡Da igual! ¡Está prohibido! Y punto. A los ojos de Dios es un pecado.
X: ¿Entonces me perdona...?
C: Ni de coña. Eso es muy fuerte.
X: Pero yo pensaba que aquí se perdonaba todo.
C: Usted hace el cerdo con su hermana y viene aquí y ala... le perdonamos. No ve que eso crearía un circulo vicioso.
X: ...pero, es que me arrepiento....
C: Cállese, está usted enferma.
X: ¡Y que puedo hacer?
C: A ver... Déjeme que disfrute del momento. Un incesto lésbico. El padre Tomás es un aprendiz delante mío.
X: Es usted un poco codicioso, ¿no?
C: Mire, pecadora injuriosa, aquí podemos hacer las cosas de dos maneras. Una, le mando al infierno para que su culo arda para siempre jamas o dos, arreglamos esto como Dios manda. ¡Joder!
X: ¿Ha dicho joder?
C: Cállese. Yo me absuelvo a mi mismo con la señal de la cruz (se santigua).
X: Me gustaría no ir al infierno....
C: Pues venga. A rezar padrenuestros sin parar. Cientos, miles. Un millón.
X: ¡Buj!
C: Y dígale a su hermana y a los de su calaña que vengan a verme. Por cada tres personas que me traiga le descuento un Padrenuestro. Aquí tiene mi tarjeta.
X: Gracias, padre.
C: No olvide donar 100 euros (más IVA) a los curas pobres y marcar con una X la casilla de la iglesia en su declaración de hacienda.
X: Con una cruz, quiere decir.
C: Sí, exacto, con una cruz. Y ahora vaya con Dios.
¡¡¡FLASHHHH!!!
X: Eh! ¿Qué ha sido ese flash?
C: Le he echo una fotografía para ponerla en su ficha.
X: Pero seguro que no va usted a decirle a nadie lo mío.
C: ¡La puta! (se santigua dos veces) A usted sólo le importa la fama.
X: ¡No es eso, padre!
X: Pero... no me gustaría que se lo contará a nadie...
C: Se dice el pecado pero no el pecador.
X: ¿En serio?
C: Yo nunca miento (se santigua tres veces).
X: Me quedo más tranquila. La sociedad es muy quisquillosa con el incesto.
C: Bueno, por ahora NO le perdono. Traiga documentación: fotos, vídeos, testimonios. Seguiré de cerca su caso.
X: Gracias.
C: Las gracias son del señor y del espíritu santo.
X: Sin pecado concebido.
C: Siguiente.

1 comentario:

Alejandra dijo...

jajajaja, te pasas, es buenísimo!