miércoles, 3 de febrero de 2010

Más allá del bien y del mal.

En la cama. Sentados frente a frente. La escena se repite: Ella tiene que sentar la cabeza. Empezar a madurar. Él se juega mucho en esta relación, y a su edad, no está para tonterías. Ella le escucha porque le quiere, y disfruta mucho a su lado cuando pasean, bailan o se ponen a jugar a cualquier cosa... Él lo pasa mal. Muy mal. Cuando alguien se compromete... ¡se compromete! Si ella, de verdad, le quiere, tiene que demostrárselo y no andar por allí tonteando con los demás. Él no puede olvidar que en el pasado (hace cinco meses) ella estuvo con otro (una noche). Ella se siente muy culpable, aunque en el fondo no fue tan grave. De hecho, por eso, se lo contó, porque para ella no significó nada. El amor tiene que ser libre. Ella tiene que ser libre. Ahora él duda y desconfía y le sermonea cuando ella se presenta borracha a las tres de la mañana. Ella viene de tomar unas copas con su amigas del alma, pero él no la cree y lleva sufriendo desde las 7 de la tarde. ¿Cómo puedes ser tan egoísta? ¿Nunca piensas en los demás? ¿Piensas crecer algún día? Ella deja de escuchar las palabras que salen de su boca. Cansada de mirarle a la cara, su vista se sitúa en el estampado de su camisa. Él no nota la diferencia, en parte porque está totalmente absorto en su discurso, y en parte porque ella parece que baja la vista, arrepentida. El estampado de la camisa se convierten en una pared; frente la pared, gente guapa en una casa. Ella camina borracha mientras se tambalea entre el alcohol, la música y el glamour. ¿Es una fiesta? ¡No! Es la mejor fiesta del mundo. La gente va semidesnuda, se contornea loca de alegría, extasiada y sinuosa. En el fondo de la sala, en un sofá rojo Chester, un chico de ojos felinos, marca con fuego su mirada en ella. Ella disimula y se va a por una copa. De esta manera él puede ver el fantástico escote que su fantástico vestido luce en la espalda. Luego, como quién no quiere la cosa, se acerca sin dejar de mirarlo, se sienta a su lado y empiezan a hablar. No hablan de nada. Sólo entrecruzan juegos de palabras que pronto se convierten en fuego en las palabras. Se besan con un beso de largo recorrido. Él le dice: - Nadie se escapa si nadie le persigue. - Ella abre los ojos y observa la pared. Las luces se detienen, las palabras vuelven. Sentado en la cama, su pareja, sigue su arenga: Insiste, agotado, en lo mucho que la quiere y como espera que todo acabe bien cuando ella cambie. Ella no dice nada y se deja abrazar con emoción. Lloran. Se echan en la cama y duermen juntos, abrazados. Ella no puede sentirse más culpable. El no puede sentirse más triste. La escena se repite.

Ilustración: Terry Rodgers

7 comentarios:

Jo Grass dijo...

¡Qué pérdida de tiempo pensar que la gente cambia! La gente no cambia, si acaso evoluciona, y eso no significa que mejore desde su punto de vista. Algunos incluso involucionan, que es como evolucionar pero al revés.

Es imposible tener exclusividad en una relación pero, aunque todos lo tengamos claro a ninguno nos hace gracia que nuestra pareja regale sus encantos a otro. Ya no es una cuestión de educación sino de instinto de posesión, que viene en nuestro paquete genético aunque no lo hayamos solicitado.

Por cierto, el sofá Chester solo queda bien en las fotos de las revistas de decoración y en las películas porque es superincómodo.

Besitos

Anónimo dijo...

si la meva vida tingués drets d'autor, t'acusaria de plagi

Henry Write dijo...

Anónimo: Mi intención no era plagiar la vida de nadie... a mí me paso exactamente algo parecido y por eso lo he escrito... De todas formas si te molesta puedo borrar el post y Santas Pascuas!

Jo GRASS: El instinto de posesión, así como la ira, el egoismo, el instinto asesino, etc... vienen en el pack. Lo que pasa es que el de posesión se confunde con el del amor... y por eso no se controla como se controla el de la ira o el instinto asesino.
Si es imposible tener exclusividad en una relación, pues vale, es imposible y no pasa nada. Lo que tendriamos que hacer es acostumbrarnos a eso y no al instinto posesivo o a los celos que lo unico que consiguen es destruir parejas. Pero bueno, vaya rollo... ¡que cada cual piense como quiera!

Gracias por los comentarios!!!

(este comentario se autodestruira en una semana!)

Anónimo dijo...

sorpresa, asombro, exclamación, desconcierto, impresión, curiosidad...esto me ha suscitado la historia y la coincidencia. Nada que ver con la molestia. Mi comentario era irónico, matiz que en un breve post no se percibe, claro. Y santas Pascuas! juas

Henry Write dijo...

:)

destarotada dijo...

ERes muy fuerte señor ... Tenemos vidas paralelas y te resites.

Henry Write dijo...

destarotada: Si son paralelas núnca se van a cruzar.... Habria que perpendiculizarse!