martes, 4 de noviembre de 2008

portal

Esta mañana, acostado en mi cama, hago caso omiso a mi despertador. Mientras el sol del mediodía abrasa la parte externa de mi persiana, me dedico a inspeccionar el profundo interior de mi cama, adentrándome sin aprensión hacía la parte mas recóndita de mi edredón; dónde no existe la luz y se encuentran los abismos profundos del fondo del fondo. En esta zona desconocida, no hay oxígeno y la presión es insoportable pero si me acurruco, aprieto los dientes y los ojos, puedo pasar por una estrechísima hendidura espacio-temporal que me permite acceder a una nueva dimensión del más allá. Yo la llamo: la dimensión inconcreta o la dimensión meta personal.
Ahora, por fin, puedo viajar en el tiempo y revivir todas aquellas experiencias que han marcado mi vida. Puedo hablar con mis antepasados o simplemente estudiar mis reencarnaciones. Puedo pasearme por mundos paralelos e incluso adoptar formas y estados mentales inenarrables. Puedo estar en varios sitios al mismo tiempo y puedo hablar con todos los oráculos conocidos y desconocidos; puedo hablar con la tierra con el sol y con el aire, puedo hablar con Dios y con la consciencia total del universo.
Es el momento de hacerse preguntas importantes como que hay después de la vida o de dónde venimos o cual es el sentido del sinsentido. Así que no pierdo la ocasión. Mis preguntas resuenan en el inframundo como si llevarán un efecto de reverberación en 3D.
¿Qué hago? ¿le mando un mensaje o la llamo? Y si la llamo…. ¿Qué le digo? Y si le mando un mensaje ¿No será demasiado frío?

2 comentarios:

S.I. dijo...

luisito, fas poesia, que bé expliques aquest lloc que jo també tinc sota el meu edredón... es tan bonic, que quan en tinguis més li pots enviar en forma de llibre.. vaticino que si hi ha un/a seguent, ens casarem

E dijo...

Em llegeixo aquest post un any més tard i em segueix agradant tant, o més, que la primera vegada que el vaig llegir.

Quina manera tan poètica d'explicar dubtes emocionals.