lunes, 5 de enero de 2009

el gran Houdini (minirelato II)

El gran Houdini era el mejor escapista del mundo. Esposado, encapuchado y colgado de una grúa a 100metros de altura, sumergido en un tanque de agua, atado, encadenado y encerrado bajo 12 candados... daba igual lo complicada que fuera la situación. Su ayudante, la bellisima Ellein contaba los eternos segundos... y en menos de un minuto El gran Houdini aparecía liberado, sonriente y triunfante entre los ensordecedores aplausos de un público entregado. El gran Houdini era un hombre popular: portada de infinidad de revistas, hombre del año, héroe nacional, ídolo de las multitudes.... El gran Houdini estaba casado con una preciosa mujer llamada Anna con la que había tenido tres hijas preciosas. Vivían en una lujosa mansión pagada con la fortuna que el gran Houdini había acumulado. Pero mientras su esposa cortaba las petunias del jardín o amamantaba a su tercera hija, el gran Houdini, cual Sísifo preocupado se escondía en su taller subterráneo a preparar los nuevos trucos. Ni aquella mujer, ni nadie, se daban cuenta de que el público núnca tenía suficiente y los trucos tenían que ser cada vez más innovadores y arriesgados. El eterno ¡más dificil todavía!

Un barco de carga zarpó del muelle repleto de público, periodistas y curiosos. Diez minutos más tarde el barco atracó en mitad del mar abierto y empezaron los preparativos. Houdini se despidió de su preciosa mujer y de sus tres hijas, quienes le miraban extrañadas y con gran preocupación. Ellein, la ayudante de Houdini le apresó los pies y las manos con varias esposas comprobadas "in situ" por los asistentes. Con la ayuda de dos hombres, introdujeron a el gran Houdini en el interior de un saco atado por un experto en nudos del ministerio del mar. Finalmente, metieron el saco en el baúl y cerraron el baúl con 7 candados previamente verificados por 3 maestros en cerrajería y un renombrado notario. La mujer de Houdini y la mayoría de asistentes no podían creer lo que estaban viendo cuando tres hombres forzudos cogieron el baúl y lo tiraron al mar.
La secuencia fue angustiosa y terrible. El cofre desapareció entre la espuma engullido por la oscuridad del océano. El silencio se apoderó del barco. Sólo se oían las cámaras cinematográficas inmortalizando el momento y algún incauto tragando saliva. Una mujer intuyendo la catástrofe se desmayó. Un minuto y medio más tarde, la sonriente cara del gran Houdini todavía no había salido a flote. Algunos espectadores empezaron a temer lo peor...Cuando la ayudante del gran mago no pudo seguir contando los segundos a causa de la fuerte angustia, el notario dio la orden para que tres buzos, preparados para la ocasión, se lanzaran en busca del gran escapista. Los submarinistas se sumergieron pero las negras y profundas aguas no devolvieron jamás el baúl ni por supuesto su contenido. La mujer de Houdini tuvo que ser hospitalizada con un grave estado de shock así como algunos asistentes que quedaron paralizados al ver cómo el gran Houdini desaparecía para siempre jamás.

Fue como dos años más tarde, en Navidad, cuando viajaba con mi querida esposa por Costa Rica escapando del frío y de las costumbres Navideñas de nuestro país, cuando vi algo que muchos no creeréis. Estaba yo en la proa del barco que cruza el Río San Juan, visitando los paradisiacos canales de Tortuguero... puede que para aplacar el angosto calor hubiera abusado en demasía del Guaro, la bebida típica de Costa Rica... pero allí en la proa, hermosa como un ángel, vestida de blanco, desafiando la lógica, brillaba una chica que reconocí rápidamente: era Ellein la ayudante del gran escapista. La sangre se me congeló al ver que iba de la mano del gran Houdini quién le sonreía amablemente, también vestido de blanco, elegante y enamorado. El barco hizo una escala y la pareja se bajo en una alegre población tropical. No dije nada, simplemente comprendí que su ultimo truco, el que el mundo había visto como un fracaso, era simplemente la obra definitiva de el gran Houdini, el mejor escapista del mundo.

1 comentario:

S.I. dijo...

quan parles del que realment t'oprimeix l'ànima ets 10. em preguntava mentres ho llegia si potser necessites estar constantment en aquest estat de mig atrapat per poder crear.. com el cerveró, que necessita estar permanentment enamorat per filmar tan pastelet...