miércoles, 21 de enero de 2009

las tres revelaciones (2de3)




Revelación número dos:

El siguiente descubrimiento infantil que cambiaría mi vida para siempre jamás aún fue más terrorífico que el primero. Estoy, siendo un niño de cuatro años, jugando con un click de famóbil bombero en el tibio calor de mi habitación. El máximum de la felicidad.
De repente, sin previo aviso, mis padres entran en mi habitación. Están nerviosos, hablan nerviosos, se ríen nerviosos. Me piden mucha atención y empiezan a hablar de algo extraño e incomprensible para mí. Al terminar, mi padre me hace una pregunta solemne: - ¿Te vas a portar como un valiente, verdad? – Le digo que sí y por fin encaja el gorro en la cabeza del click. Ahora sí que está chulo.

Ahora vamos a la cocina. Les pido que me dejen llevar el click y aceptan. Una vez en la cocina, me sientan en un taburete y mi madre me arremanga la camisa. Mi padre está de espaldas golpeando algo de cristal, se da la vuelta y aparece con un extraño aparato con una aguja tremenda en su final. Algo huele a podrido en esa cocina. Uno más uno: dos. Mi padre se dispone a pincharme con la aguja. Monto un sarao de escándalo. La rabieta es descomunal. ¿Pero se han vuelto locos? Mi madre me enseña el clic e intenta distraerme. ¿Pero cómo voy a pensar en un bombero click mientras mi padre agujerea mi brazo como si fuera un pincho?
Mi fuerza bruta queda en ridículo en comparación con la de mis padres. Mientras mi madre me coge, insistiendo que es para mi bien, mi padre me pincha a traición. El dolor, la humillación y el terror son equivalentes. Como todavía no conozco el concepto de cagarme en Dios les digo bramando cosas como: -¡Caca! ¡Pedo! ¡Culo! -
Una vez finalizada la degollina, mis padres me dan una piruleta en forma de corazón y me acompañan a la habitación. Ha sido mi primera inyección con conciencia. Mi madre me besa y me dice que no había para tanto...
Otra vez solo con mi click. Su sonrisa es eterna pero su visera se ha vuelto a desencajar.
La luz de la segunda revelación brilla ante mí: En cualquier momento, en cualquier situación todo puede dar un vuelco terrorífico. Sin explicación, sin previo aviso, sin que yo pueda controlarlo. Mi vida no está bajo mi control y pende de un hilo raquítico. ¿Cuándo me volverá a pasar algo igual? ¿Cuándo?

Proximamente la revelación número tres...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

(Qué risas y qué escalofríos...) ¡Bravo!

Anónimo dijo...

jejeje... pero así, sin control, es todo más divertido, no?

Me ha gustado la parte de los insultos y lo de la piruleta de corazón!!(Cómo no..)

Le dejo un regalico:
http://es.youtube.com/watch?v=sqtq81ePgqM&feature=related

S.I. dijo...

queremos la revelación 3!!!!